El centro poblado de Challuma, en San Juan del Oro, provincia de Sandia, se encuentra en estado de emergencia debido al desborde del río, afectando a 350 familias. Las intensas lluvias provocaron que el río se salga de su cauce por octava vez, poniendo en riesgo viviendas e instituciones educativas. La población local enfrenta una situación crítica, con la amenaza constante de nuevas inundaciones.
El sector agropecuario y las infraestructuras también sufrieron daños considerables. Las escuelas han sido inundadas y algunas estructuras están colapsando debido a la erosión. La carretera principal y los puentes también se encuentran en riesgo, interrumpiendo la comunicación y el transporte en la zona. Las autoridades locales evalúan los daños para dimensionar la magnitud de la catástrofe.
La falta de financiamiento para obras de defensa ribereña agrava la situación. Un proyecto presentado hace años no ha logrado concretarse, dejando a la población vulnerable ante los embates del río. La lentitud de la gestión pública impide la implementación de soluciones a largo plazo, mientras la emergencia se repite cada año. Se requiere una respuesta rápida y efectiva para proteger a la comunidad.
El alcalde de San Juan del Oro, Aníbal Quispe, solicita apoyo urgente al gobierno regional y central. Se necesita maquinaria para realizar trabajos de descolmatación y evitar que el río siga afectando a la población. La solución definitiva pasa por la construcción de defensas ribereñas que protejan a Challuma de futuras inundaciones. La colaboración de todos es fundamental en este momento crítico.
Las autoridades locales, junto con Defensa Civil, evalúan los daños y coordinan la ayuda. Se prioriza la reubicación de las familias cuyas viviendas están en riesgo, aunque muchas ya han perdido sus casas en inundaciones anteriores. Se gestiona el envío de ayuda humanitaria para atender las necesidades básicas de los damnificados. La solidaridad es clave para superar esta difícil situación.
La población de San Juan del Oro espera una respuesta oportuna de las autoridades. Se requiere una solución integral que incluya la construcción de defensas ribereñas, la reubicación de viviendas en zonas seguras y el mejoramiento de la infraestructura educativa. La unión de esfuerzos entre el gobierno, la empresa privada y la sociedad civil es esencial para reconstruir la zona y garantizar un futuro seguro para sus habitantes.
