Jóvenes de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, sobre todo quienes vienen de provincias, enfrentan un grave problema de alcoholismo excesivo y abandono, según relata la madre de familia, quien pide acciones inmediatas por parte de las autoridades universitarias y municipales.
Expresó su honda preocupación como madre residente de la ciudad de Puno, manifestando su cansancio ante la inacción de las autoridades, ya que muchas familias viven con la misma angustia cada semana.
La vecina que no dio su nombre por represalias de tiendas que expenden licor, describe cómo los jóvenes universitarios consumen alcohol sin medida, especialmente en fechas señaladas, notando que esta situación se repite durante eventos organizados dentro y fuera del campus.
La madre explicó que cuando llaman a serenazgo o policía para pedir ayuda, suelen no recibir respuesta o son ignorados, dejando a los estudiantes sin la protección necesaria en un estado de extrema vulnerabilidad.
En su testimonio cuenta haber encontrado a jóvenes tirados o botados en las calles, algunos aún con sus medallas universitarias, y asegura que varios familiares señalan a los eventos universitarios como el origen del problema.
Subraya que la universidad facilita estos actos porque no prioriza el aprendizaje ni la seguridad, y recalca que la formación y la salud integral de los jóvenes es lo más importante para el presente y el futuro de la región.
Los vecinos del barrio Bellavista sienten abandono y cansancio de socorrer a los estudiantes, ya que no toda la población participa en el apoyo, por lo que hacen un llamado para que la sociedad puneña reaccione ante esta realidad.
La Parada Universitaria, reconocida actividad cultural, ha perdido su objetivo debido al consumo desmedido de alcohol, asegura la madre de familia, quien lamenta que los jóvenes hayan pasado de ser protagonistas de la fiesta a víctimas.
Se han buscado alianzas con colegios y asociaciones de padres de familia para encontrar soluciones, y aunque se presentaron documentos y propuestas, los resultados obtenidos resultan insuficientes para frenar el problema.
La vecina observa que en la zona crecen tiendas clandestinas, muchas de las cuales son alquiladas incluso por docentes de la universidad, situación que aumenta la consternación entre padres y vecinos, mientras la municipalidad no fiscaliza a diario.
Ella advierte que los jóvenes en estado vulnerable caen en manos de delincuentes, perdiendo el dinero que sus padres, especialmente de provincia, envían con esfuerzo para su manutención y estudios en la ciudad.
La madre hace un llamado directo a los padres que viven en provincia, solicitando que estén pendientes de sus hijos, ya que muchos universitarios quedan a su suerte al llegar a Puno, exponiéndose a peligros adicionales.
Propone que la universidad designe asistentes o especialistas para acompañar a los estudiantes y prevenir situaciones de riesgo, ya que estas medidas podrían ayudar a reducir los casos de alcoholismo y abandono.
La ciudadana siente tristeza por ver a tantos jóvenes de la región en condiciones deplorables por el alcohol, señalando que la falta de conciencia y compromiso de las instituciones agrava una problemática que ya es social.
Termina su relato pidiendo a las autoridades respuestas claras y efectivas para proteger a los universitarios, defendiendo la educación y el bienestar de la juventud puneña como un deber compartido de toda la sociedad.


