El 9 de enero marcará un año desde la trágica masacre en Juliaca, donde más de 20 personas perdieron la vida bajo el régimen de la presidenta Diana Boluarte. En señal de duelo, las viviendas de las provincias de la región de Puno lucirán una bandera negra.
Es mismo día, en las principales plazas de capitales de provincia y distritos del departamento izarán una bandera negra a media asta. Posteriormente, se llevarán a cabo una misa en el lugar del trágico suceso, seguidas de movilizaciones por las principales arterias y un mitin final en la plaza de armas de Juliaca.
Un día antes, el 8 de enero, los dirigentes autoconvocados ofrecerán una conferencia de prensa. En la noche, los dirigentes y la población participarán en un cacerolazo, seguido de la proyección de un video sobre los eventos ocurridos en Juliaca.
El dirigente autoconvocado de Puno, Lucio Calla Callata, explicó que estos acuerdos surgieron en la última reunión entre los líderes autoconvocados y un representante de los familiares de las víctimas, llevada a cabo el pasado 23 de diciembre en Puno.
“Se espera que organizaciones sociales y la población se unan a estas actividades en rechazo al régimen de la presidenta Dina Boluarte Zegarra. Entre las demandas, se incluye la renuncia de Boluarte y la convocatoria a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva carta magna”, expresó Callo Callata.