La Universidad Nacional del Altiplano UNA Puno queda bajo la lupa pública luego de que el rector Paulino Machaca Ari separara del cargo a Donovan Luque García, representante estudiantil, hecho que Cecilio Bustinza califica como un atropello grave a la institucionalidad universitaria.
Cecilio Bustinza, egresado y voz experimentada de la institución, señala que vivió una situación similar, ya que fue apartado de manera sorpresiva de la comisión central de admisión, sin argumentos ni previo aviso por parte del mismo rector.
El entrevistado sostiene que Machaca Ari no cuenta con la preparación adecuada y, según su criterio, toma decisiones impositivas que dañan el clima universitario, equiparando estos actos a las maneras drásticas de un gobernante autoritario.
Según Bustinza, Donovan Luque García aún posee matrícula activa y debe dos asignaturas, lo que confirma que no ha egresado, por lo que su destitución no tiene sustento reglamentario y atenta contra la voluntad estudiantil expresada en elecciones.
El exasambleísta de la UNA Puno recalca que hasta el estatuto elaborado en la presente gestión obliga a respetar la representación estudiantil, llamando la atención sobre la importancia de cumplir normas internas para garantizar transparencia y equidad.
La decisión sobre Luque García provino exclusivamente de una resolución rectoral, sin la aprobación de los estamentos universitarios, lo que, a juicio de Bustinza, constituye una imposición personal y no colectiva.
El rector ya nombró a un reemplazo en el lugar del estudiante, medida que Bustinza considera precipitada, injusta y lesiva para el principio de legitimidad que debe caracterizar a las instancias de gobierno universitario.
El entrevistado hace un llamado urgente a los padres de familia de toda la región, advirtiendo sobre casos de docentes que injustamente reprueban estudiantes y comportamientos autoritarios que repercuten directamente en la estabilidad del alumnado.
Bustinza recuerda hechos trágicos no esclarecidos en la universidad, como la muerte de una estudiante o los reportes de agresiones a alumnas, lamentando la ausencia de investigaciones profundas y respuestas sólidas por parte de las actuales autoridades.
De manera pública, el egresado de la UNA Puno muestra su solidaridad con Donovan Luque García, pues subraya que la legitimidad del dirigente estudiantil se mantiene y demanda que la universidad reconozca el mandato que el tercio estudiantil le otorgó.
Bustinza anuncia que presentará una demanda legal contra Paulino Machaca por estas decisiones, convencido de que la vía judicial es necesaria para restablecer los derechos y devolver justicia en la vida interna universitaria.
Si la restitución de Donovan Luque García no se concreta, Bustinza promete escalar las acciones, buscando agrupar a los padres de familia en una asamblea donde se expongan todos los hechos y se exija actuación responsable.
Con firmeza, recalca que la universidad pública debe actuar con apertura y respeto, pues una gestión eficaz incluye aceptar la crítica, valorar la pluralidad y construir institucionalidad basada en la voz de todos sus integrantes.
Bustinza concluye señalando que la educación superior debe servir al estudiante y a la sociedad, por lo que exige que se acaben de raíz los actos que vulneran democracia, participación y la razón de ser de la universidad en Puno.
