El analista Bladimiro Centeno consideró que la destitución del presidente era inminente pues, si bien no tenían los votos suficientes para la vacancia, sí tenían para la suspensión, por tal razón, Pedro Castillo reaccionó desesperadamente llamando a disolución.
Estimó que Pedro Castillo debía haber planeado el adelanto de elecciones, pues no podía proceder con el cierre del Congreso, aún sea legalmente, porque no tenía el apoyo de las fuerzas armadas del Perú.
Agregó que con lo sucedido se ha demostrado que los grupos de poder económico son dueños absolutos de las instituciones públicas, empezando de las fuerzas armadas, pasando por el Poder Judicial, la fiscalía y otros.
Auguró que para el futuro se anticipa una crisis profunda política y que el “teatro” de la pelea entre el ejecutivo y legislativo sirvió para encubrir los problemas reales del Perú. Finalizó indicando que el Perú no es un país democrático, sino que está sometido por poderes económicos.