En medio de la alegría y el colorido de la Candelaria, el caos y la desorganización se impusieron en las calles de Puno, según el regidor Arturo Mamani Pandia. La falta de planificación y la insuficiencia de personal generaron un escenario de descontrol en transporte, comercio y servicios básicos durante la festividad más emblemática de la región.
Mamani Pandia destacó que, a pesar de los esfuerzos del gerente de Transportes, las rutas alternas no fueron respetadas, lo que ocasionó que el tránsito colapsara. Además, el desorden en los locales nocturnos y la falta de servicios higiénicos convirtieron el centro de la ciudad en un caos total. “El jirón Arequipa y el jirón Ayacucho se volvieron un urinario público”, lamentó.
El regidor criticó la falta de implementación de un programa especial para la Candelaria, aprobado en la estructura orgánica municipal. “No hay interés del ejecutivo en activar este programa, que ya está establecido en el Reglamento de Organización y Funciones (ROF)”, afirmó. Este plan, diseñado para gestionar festividades, permanece sin ejecutarse, lo que afecta la capacidad de respuesta ante eventos masivos.
Mamani Pandia también responsabilizó a la Federación Regional de Folclore y a la Policía Nacional del Perú por no coordinar adecuadamente. “Las autoridades mostraron su peor cara en este desorden”, señaló. Aunque la Candelaria dinamiza la economía local, la falta de planificación anticipada y la ausencia de personal capacitado agravaron los problemas.
El regidor insistió en la necesidad de implementar el programa especial con presupuesto anual y personal dedicado. “Solo así podremos prever y evitar estos problemas”, afirmó. Mientras tanto, Puno sigue esperando que sus autoridades tomen acciones concretas para rescatar el orden y la grandeza de su festividad más importante.