El maestro charanguista Fredy Apaza Velásquez, constructor de casi mil instrumentos en Capachica, provincia de Puno, reveló que las autoridades municipales excluyeron a los artistas locales del proceso de reconocimiento patrimonial de la qhaswa. La municipalidad trabaja únicamente con músicos que acompañaron al alcalde durante la campaña electoral sin convocar a los verdaderos maestros constructores.
Apaza Velásquez fabricó el Kirquincho Capachiqueño, instrumento único que diferencia la qhaswa de Capachica de otras danzas regionales por su escala musical particular. El artesano posee un registro completo de charanguistas desde Llachón hasta Escallani, con nombres, comunidades y números telefónicos de cada constructor.
«Se están olvidando a los maestros charangueros, como yo fabrico los charanguitos desde hace varios años», manifestó durante una entrevista radial. Un funcionario municipal llamado Wilson prometió convocar a los artistas hace un mes, pero la invitación nunca llegó.
El maestro constructor tiene documentados entre 800 y mil charangos fabricados para músicos de todo el distrito puneño. Los instrumentos llegaron a comunidades como Ccotos, Iñura y otros sectores donde los pobladores solicitaron la construcción de kirquinchos auténticos.
La danza qhaswa con charango es exclusiva de Capachica, diferenciándose de otras provincias donde se interpreta con quena. «No hay qhaswa si no hay charango», explicó el artesano.
Mariano Parillo fue el constructor original del Kirquincho Capachiqueño en el sitio paradisíaco llamado Paramis hace décadas. Mientras pastoreaba sus ovejas en el cerro, Parillo probaba sonidos y perfeccionaba la escala musical usando vidrio para dar forma al instrumento.
Los descendientes de Parillo, incluyendo a Simón Parillo de 80 años, mantienen viva la tradición constructora sin reconocimiento municipal. «Tendría que invitar principalmente a ellos, quiénes son los verdaderos herederos», señaló Apaza Velásquez sobre la exclusión de los maestros originales.
La municipalidad no realizó convocatorias públicas para el proceso de reconocimiento patrimonial según verificaciones en redes sociales oficiales. El trabajo se desarrolla sin participación de especialistas técnicos, ni opiniones de los constructores históricos del distrito.
Profesores, ingenieros y jóvenes músicos continúan solicitando la construcción de kirquinchos para interpretar la qhaswa auténtica. Un músico de apellido Ponce perfectamente en estudiantinas de Puno y Juliaca con su instrumento capachiqueño.
Durante la festividad de la Candelaria, bloques completos de bailarines qhaswan sin música por falta de coordinación municipal. «Solamente el alcalde con su charanguero contratado, el resto de bloques sin música», observó el constructor sobre la desorganización festiva.
Apaza Velásquez conserva grabaciones históricas de los años 70 y 80, además de filmaciones del fotógrafo Julián Apaza. Los archivos documentan la evolución de la danza y podrían enriquecer el expediente de reconocimiento patrimonial nacional.
Los ensayos para la Candelaria se realizan una semana antes del evento, tiempo insuficiente para preparar adecuadamente la presentación. «Eso es lo más bochornoso, convocan una semanita antes para el ensayo», manifestó el charanguista.
Capachiqueños residentes en Lima, Cusco, Arequipa y otras ciudades mantienen el amor por su danza ancestral. «Se emocionan, se esmeran cuando ven un Capachica con el vestido, hay veces se le salen lágrimas», describió sobre los migrantes.
El reconocimiento patrimonial debe incluir a todos los músicos del distrito para generar unidad territorial según el constructor. La gestión selectiva con músicos de campaña no representa la verdadera tradición cultural de Capachica que busca proyección nacional.
El maestro Fredy Apaza Velásquez solicita que las próximas gestiones municipales valoren a los artistas auténticos sin distinción política. «Yo desearía que lo hagan bien, no simplemente con las personas a su gusto», concluyó el constructor de kirquinchos capachiqueños.