Un padre de familia exige justicia y apoyo económico para salvar a su hija “Jade”, de 13 años, víctima de un doble atropello en junio de 2020 en la vía Juliaca-Pucará. El accidente, ocurrido durante la pandemia, dejó a la menor con 26 cirugías, fracturas múltiples y lesiones graves en sus partes íntimas. Hoy, su vida depende de una operación en España que cuesta 50,000 euros.
Javier Turpo Huaricayo, soldador de 46 años, relató que una furgoneta de la empresa Jatsa embistió a su esposa y a Jade, entonces de 8 años. Un segundo vehículo, una camioneta Duster, pasó sobre la niña y agravó sus heridas. «Le destrozó la piel y el hueso. Ahora vive con infecciones recurrentes y ha perdido seis kilos en un mes», declaró el padre, quien vendió sus bienes para costear tratamientos.
La menor requiere urgente una cirugía reconstructiva en Barcelona, pues en Perú los médicos no garantizan éxito. «Si no la operan, puede morir», advirtió Turpo. Durante cinco años, la familia ha enfrentado deudas y 26 intervenciones, mientras la niña sufre gastritis por los medicamentos. «No hay responsable. Solo nosotros cargamos este dolor», lamentó.
El padre, desesperado y en la ruina, recurre a la solidaridad. «Pido a empresarios, artistas y autoridades que nos den una mano», suplicó. Desde las 6 a.m., estará hoy frente a la iglesia Santa Catalina en Juliaca con un cartel. También organizará polladas. «Con lo que gano como soldador no alcanza ni para comer», confesó.
Las donaciones se reciben vía Yape al 901-890-13200, a nombre de Vilma Calcina. «Cada sol salvará a mi hija», insistió. La meta es reunir el 80% del monto para que el hospital español emita los documentos de traslado. «Si no lo logramos, ella empeorará», alertó.
El caso expone la impunidad del accidente: nadie asumió responsabilidad. «Cinco años de sufrimiento y nadie responde», denunció Turpo. Mientras, Jade, que antes caminaba, hoy depende de una silla de ruedas. «Quiero verla sonreír otra vez», dijo el padre, con lágrimas en los ojos.
