El congresista Edwin Martínez Talavera anunció su aspiración a la presidencia del Perú, asegurando estar convencido de que será el próximo jefe de Estado. Sin embargo, su candidatura se ve opacada por las críticas generadas tras la contratación de Isabel Cajo Salvador, una joven de 26 años vinculada a una presunta red de prostitución en el Congreso.
Cajo, quien percibe un salario de 7,106 soles como parte del equipo de Martínez, trabajó previamente en la Oficina Legal y Constitucional del Parlamento bajo la dirección de Jorge Torres Saravia, implicado en el mismo caso. El congresista defendió la contratación, señalando que Cajo cumple con los requisitos al estar en el octavo ciclo de Derecho y contar con estudios en Administración de Negocios Internacionales.
Martínez afirmó que el proceso de contratación fue supervisado por recursos humanos y que no hubo irregularidades. «La oficina de Recursos Humanos del Congreso señaló que sí cumple con el perfil, se la contrata», declaró durante una visita a Puno, donde también rechazó las acusaciones sobre variaciones en los sueldos asignados.
Pese a la controversia, el legislador se mantiene firme en su postura y asegura estar preparado para enfrentar las críticas. «Hoy he venido con el riesgo de ser ofendido, pero tengo que hacerlo», expresó, mostrando determinación en su camino hacia la presidencia. Martínez busca consolidar su imagen en un escenario político cada vez más polarizado.