El Congreso peruano decidió implementar la bicameralidad a pesar de que los ciudadanos rechazaron esta propuesta en un referéndum. Los legisladores ignoraron la voluntad popular expresada democráticamente e impusieron un cambio que contradice el voto ciudadano. Esta decisión evidencia cómo el poder legislativo actúa sin considerar las decisiones vinculantes de la población, señaló Mauricio Rodríguez.
En el programa Razón Libre de Pachamama Radio, Rodríguez explicó que los congresistas justificaron la bicameralidad argumentando que el país necesita un Senado por razones legislativas. Sin embargo, la crítica apunta a que el objetivo real sería controlar ambas cámaras para modificar leyes según los intereses de oligopolios económicos, no por necesidades técnicas del proceso legislativo.
Durante la actual legislatura, más de 50 artículos constitucionales fueron modificados sin consulta popular ni nuevos referéndums. Partidos como Fuerza Popular, Renovación Popular, Alianza para el Progreso, Perú Libre, Avanza País, Somos Perú y Acción Popular coordinaron estos cambios. Los legisladores utilizaron el mecanismo de dos legislaturas consecutivas para evitar el escrutinio ciudadano.
Elecciones deben comprometer reversión de reformas
El próximo proceso electoral representa una oportunidad para revertir estas modificaciones constitucionales impuestas sin respaldo popular. Los candidatos presidenciales y congresales deben comprometerse públicamente a eliminar los cambios realizados unilateralmente por el Congreso actual. Este compromiso debería ser un requisito mínimo para considerar sus propuestas políticas como legítimas.
La propuesta central de Rodríguez exige eliminar la facultad del Congreso para reformar la Constitución mediante dos legislaturas consecutivas. Este mecanismo representa «una triquiñuela, un truco que inventaron los fujimoristas para cambiar la Constitución», según su análisis. Los ciudadanos eligieron congresistas para legislar, no para modificar el marco constitucional del país.
El artículo que permite al Congreso modificar la Constitución debe ser eliminado definitivamente. «Ese artículo tiene que morir», enfatizó, porque otorga herramientas para futuras manipulaciones legislativas. Sin esta restricción, cualquier mayoría congresal podría adaptar la Constitución según conveniencias políticas temporales.
Solo referéndums deben autorizar cambios constitucionales
La nueva Constitución debe establecer que únicamente el pueblo puede aprobar modificaciones mediante referéndums vinculantes y obligatorios. «Nunca el Congreso debe poder cambiar la Constitución. Jamás», planteó Rodríguez, exigiendo mecanismos de democracia directa para proteger el marco legal fundamental. Los representantes legislativos no deben tener autoridad para alterar principios constitucionales.
El proceso electoral debe generar conciencia ciudadana sobre la importancia de recuperar el control constitucional democrático. Los votantes deben exigir compromisos concretos para revertir las imposiciones legislativas y establecer mecanismos de participación popular directa. Esta demanda representa la diferencia entre una democracia representativa limitada y la verdadera soberanía popular constitucional.
