La Contraloría descubrió que el Hospital Manuel Núñez Butrón de Puno almacena medicamentos vencidos desde 1997, como antibióticos, yodo y catéteres, junto a equipos médicos inservibles que nunca se retiraron de los registros.
La supervisión también reveló que el sistema de cadena de frío está fallando, lo que pone en peligro la eficacia de medicamentos sensibles, como los usados en diálisis. Según el informe, ni los fármacos caducados ni los equipos dañados han sido eliminados, a pesar de los riesgos para los pacientes.
En el almacén central del hospital, los inspectores encontraron equipos deteriorados que siguen en los inventarios, aunque los encargados aseguran que su baja está «en trámite». Mientras tanto, en el su almacén de medicamentos, que abastece a los servicios médicos, un refrigerador no funciona desde hace dos años y otro no mide correctamente la temperatura.
Esta entidad de control también visitó el Cuartel Manco Cápac de la 4ta Brigada de Montaña del Ejército y halló sacos de habas vencidas desde 2016. El descubrimiento evidencia que las fallas en la gestión de insumos no solo afectan a los hospitales, sino también a las fuerzas armadas, donde el personal consume alimentos en mal estado.
Ante estos hallazgos, ordenó al Órgano de Control Institucional investigar los contratos y compras de víveres para la brigada militar entre 2024 y 2025. Además, se analizará por qué los medicamentos y equipos inservibles siguen en los almacenes, sin que nadie asuma responsabilidad. El equipo designado ya comenzó a recopilar información para determinar si hubo negligencia o irregularidades.
Los medicamentos vencidos y los equipos rotos no son solo un problema administrativo: significan que pacientes podrían recibir tratamientos ineficaces o peligrosos. En un hospital donde se atienden emergencias y enfermedades crónicas, como la diabetes o la insuficiencia renal, la falta de controles adecuados puede costar vidas.
