Este miércoles 23 de octubre, una numerosa delegación de 1,500 trabajadores de construcción civil se movilizó por las calles de Cusco en preparación para su viaje a Lima, donde participarán en una marcha nacional que exige al Gobierno la implementación de medidas drásticas contra la delincuencia. Los manifestantes, organizados en 14 sindicatos de la región, tienen como punto de concentración la plaza Manco Capac, desde donde partirán hacia la capital.
La movilización se enmarca en el contexto de una creciente preocupación por la inseguridad y la criminalidad en el país. Aunque no forma parte del paro de transportistas, los trabajadores de la construcción comparten el mismo objetivo de luchar contra la ola de delitos que afecta a la ciudadanía. Héctor Calla, secretario regional de construcción civil, criticó la indiferencia de algunos sectores, afirmando que “los delincuentes pueden llegar en cualquier momento a Cusco; no estamos libres de este problema”.
Gonzalo Paucar, representante de Construcción Civil y Artes Decorativas de Cusco, denunció la falta de unidad entre gremios y sindicatos en esta lucha. “Este no es un problema solo de los transportistas o de los obreros, nos ataca a todos. En construcción civil hemos tenido dirigentes asesinados”, advirtió. Paucar hizo un llamado a la cohesión entre todos los trabajadores para enfrentar juntos la creciente criminalidad.
Entre las principales demandas del gremio se destaca la necesidad de combatir la impunidad que protege a los delincuentes, quienes a menudo actúan amparados por normas y leyes promulgadas por el Congreso y el Ejecutivo. Los trabajadores de construcción civil esperan que su movilización sirva para visibilizar la urgencia de estas medidas y propiciar un cambio en la política de seguridad del país.
