La hipertensión arterial fue calificada como un “asesino silencioso” durante una conferencia de prensa organizada para sensibilizar a la población sobre esta condición que afecta a personas mayores de 18 años y avanza sin manifestar síntomas en sus etapas iniciales. Leopoldo Dante Tumi Garcia especialista destacó que esta enfermedad silente progresa gradualmente hasta provocar complicaciones graves como problemas cardíacos, parálisis cerebral o insuficiencia renal crónica que requieren intervención sanitaria intensiva.
Las estadísticas presentadas revelan que las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en el mundo, cobrando aproximadamente 18 millones de vidas anualmente, lo que representa un tercio de la mortalidad global, siendo cuatro condiciones las principales responsables: enfermedad isquémica del corazón, insuficiencia cardíaca, enfermedad cerebrovascular y enfermedad hipertensiva.
Según explicó el Tumi Garcia, todas estas patologías mortales tienen como factor predisponente o agente principal a la hipertensión arterial, por lo que su control efectivo podría reducir significativamente la incidencia de infartos cardíacos, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares que pueden dejar a los pacientes paralizados repentinamente.
La conferencia se realizó en vísperas del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, aprovechando la presencia de medios de comunicación para amplificar el mensaje preventivo que anteriormente se limitaba al ámbito hospitalario, buscando ahora llegar a más personas para sensibilizarlas sobre la importancia de la prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado de esta condición.
Entre los obstáculos para combatir la hipertensión, el especialista mencionó dos problemas fundamentales: primero, muchos pacientes no buscan atención médica por la ausencia de síntomas y, segundo, existen dificultades en el diagnóstico relacionadas con equipos no calibrados adecuadamente o técnicas incorrectas para medir la presión arterial.
Además, advirtió sobre la existencia de la “hipertensión enmascarada”, fenómeno en el que los pacientes presentan presión normal durante la consulta médica pero sufren elevaciones significativas cuando están en sus domicilios, contribuyendo al constante incremento de casos en la población general a pesar de los esfuerzos de concientización realizados por el personal sanitario.