Desde el año 2011, las economías criminales han convertido las campañas políticas en su principal vía para obtener protección institucional. Este fenómeno se ha consolidado como un patrón que se intensifica en cada proceso electoral en el Perú, advirtió el especialista en narcotráfico Jaime Antezana.
En entrevista con Razón Libre de Pachamama Radio, Antezana explicó que la minería ilegal dio un paso decisivo en el 2016 al lograr representación directa en el Congreso. Por su parte, el narcotráfico ha mantenido su influencia tradicional, consolidando una bancada multipartidaria que aún opera en la actualidad.
Según el experto, todas las economías criminales siguen una lógica similar: requieren respaldo político, legal y policial para operar de manera efectiva en el país. Esta necesidad de protección institucional ha facilitado su inserción progresiva en el aparato estatal.
Las cifras oficiales evidencian el impacto de estas actividades ilícitas. Antezana advirtió sobre una transformación institucional sin precedentes, donde las estructuras democráticas están siendo reemplazadas por redes de poder mafioso.
Extorsión emerge como nueva fuerza política
La extorsión, afirmó, sería la próxima economía criminal en lograr representación política directa, siguiendo el mismo camino de otras actividades ilegales que ya se infiltraron en procesos electorales anteriores.
Existe un consenso entre analistas políticos: las economías criminales gobiernan actualmente el país. Esta situación estaría transformando la república liberal en una estructura mafiosa, especialmente desde los hechos del 7 de diciembre de 2022, cuando una coalición criminal tomó control del Ejecutivo y, posteriormente, de instituciones importantes como el Tribunal Constitucional y la Junta Nacional de Justicia, indicó.
Cifras récord marcan el auge criminal
Los datos de la Contraloría revelan que la minería ilegal moviliza anualmente 12 mil millones de dólares y la corrupción, 24 mil millones de soles. El narcotráfico genera más de 4,700 millones de dólares, la extorsión mueve alrededor de 6 mil millones de soles y la trata de personas, 1,300 millones de dólares adicionales.
Estas economías delictivas han alcanzado su mayor auge entre 2023 y 2025, sin haber llegado aún a su máxima capacidad operativa. Ante este panorama, Antezana advierte que la próxima campaña electoral será la más violenta de la historia republicana, debido a la lucha por mayor representación política entre estas redes criminales.
