Desde la disolución de la Unión Soviética hace más de tres décadas, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos por mantener una hegemonía global frente al ascenso de nuevas potencias como China y el reposicionamiento estratégico de Rusia. Así lo afirmó el analista internacional José Cornejo, magíster en Filosofía por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.
En entrevista con Razón Libre de Pachamama Radio, Cornejo explicó que los conflictos actuales en Ucrania y Gaza no deben entenderse como hechos aislados, sino como parte de una confrontación más amplia entre los países de la OTAN y el bloque de los BRICS, que buscan establecer un nuevo orden internacional más justo y democrático.
Según el experto, esta dinámica global se enmarca en lo que denomina una “guerra postmoderna”: un tipo de conflicto prolongado y de desgaste que evita la guerra total, debido al riesgo de un enfrentamiento nuclear. Este equilibrio precario impide una escalada mayor, aunque no resuelve las tensiones de fondo.
Las recientes tensiones entre Israel e Irán serían un claro ejemplo de este patrón. Los altos al fuego, explicó Cornejo, funcionan como pausas tácticas, similares a los rounds en una pelea de boxeo, sin abordar las causas estructurales de los enfrentamientos.
Violación del derecho internacional preocupa a observadores
Cornejo recordó que la Carta de las Naciones Unidas, firmada tras la Segunda Guerra Mundial, estableció principios clave como la igualdad entre naciones, la autodeterminación y la prohibición de guerras de agresión. Sin embargo, afirmó que tanto Estados Unidos como Israel han vulnerado estos principios.
Dichos países, aseguró, han atacado instalaciones nucleares en Irán que están destinadas a fines pacíficos, en clara violación del Tratado de No Proliferación Nuclear y del marco de inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Incluso, añadió, los propios servicios de inteligencia de Estados Unidos han reconocido que no existen pruebas de que Irán esté desarrollando armas nucleares, contradiciendo los argumentos usados para justificar estas agresiones.
Cornejo señaló que esta política de confrontación responde a una lógica histórica: la oposición occidental al control soberano de los recursos naturales. Recordó que ya en 1953, un golpe orquestado contra el entonces primer ministro iraní Mosaddeq respondió a la nacionalización del petróleo, afectando intereses británicos y estadounidenses.
