La gestión municipal en San Román atraviesa momentos complejos, el exregidor Ruly Lima Vargas destaca que al cierre de julio la ejecución presupuestal solo alcanza el 31%, un hecho que preocupa por el lento avance en los proyectos esenciales para la población.
El presupuesto inicial para este año en San Román llegó a ciento setenta y cuatro millones de soles, meses después aumentó hasta rozar los doscientos treinta y ocho millones, indica Lima Vargas, pero la ejecución sigue siendo baja y los resultados no se reflejan en mejoras tangibles.
Asegura que el gasto debía estar en sesenta por ciento para estas fechas, sin embargo, la realidad muestra apenas un tercio ejecutado, lo que agrava la postergación de servicios básicos y limita la respuesta municipal ante necesidades urgentes.
Lima Vargas relata que, en vez de priorizar grandes obras o proyectos de desarrollo, la administración optó por comprar maquinaria, con el sustento de que así buscarían optimizar los servicios en San Román, dejando de lado los programas que la ciudadanía espera.
Se han presentado problemas en las adquisiciones de maquinaria, ya que algunos equipos llegaron con deficiencias importantes, incluyendo presuntas irregularidades en los precios finales, lo que ha generado molestias y perjudicó a quienes utilizan estos bienes.
El exregidor menciona de manera puntual el caso de las máquinas compactadoras, las cuales, poco tiempo después de su entrega, mostraron fallas de ensamblaje y se inutilizaron, una situación que ilustra la urgencia de mejorar los mecanismos de compra en la provincia.
Para el cierre del año fiscal se anticipa que el municipio recurra a compras masivas de materiales, una práctica constante que eleva el porcentaje del gasto, aun cuando la verdadera ejecución de obras quedaría muy por debajo de lo que los indicadores podrían reflejar.
Explica que, aunque los registros de inversiones puedan acercarse al ochenta por ciento al finalizar el año, la realidad es que solo alrededor del cuarenta por ciento corresponde a proyectos que realmente se ejecutan, generando un desfase entre cifras oficiales y obras visibles.
Lima Vargas advierte que materiales adquiridos de emergencia a veces no llegan a los almacenes municipales, creando una sombra de duda sobre el destino final de lo comprado y sobre el control real de los recursos públicos.
En materia de seguridad, el plan llamado «Pitbull» fue el eje central de la campaña de la actual gestión, sin embargo, la misma jornada de su lanzamiento ocurrieron asaltos en la propia ciudad de Juliaca, lo que expone la distancia entre la propuesta y el impacto real.
El exregidor subraya que apenas cuentan con ciento cincuenta serenos, una cifra insuficiente para patrullar una ciudad que sobrepasa el medio millón de habitantes, además la situación se agrava en fechas de feria por el aumento de la población flotante.
El exregidor manifiesta que la inversión en recursos humanos, capacitación y tecnología fue desplazada por la compra de maquinaria pesada, una decisión que ha impedido fortalecer la seguridad y la convivencia ciudadana en San Román.
Añade que los grandes proyectos de infraestructura han quedado relegados, ya que trámites y plazos en la administración pública suelen extenderse, lo cual impide inaugurar obras de gran alcance durante el mandato de la actual gestión.
Sostiene que el asfaltado de calles, si bien importante, no debe resaltarse como logro excepcional, San Román todavía tiene arterias principales sin mantenimiento adecuado ni cobertura asfaltada, lo que muestra la urgencia de atender el desarrollo urbano.
