En marzo del 2023, la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, salió discretamente de las instalaciones de la recién inaugurada Fiscalía Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad en Juliaca, optando por la salida trasera del edificio. Su salida coincidió con la presión ejercida por cientos de ciudadanos que exigían imparcialidad, transparencia y celeridad en el caso de los asesinatos durante la protesta del 9 de enero.
La ceremonia de inauguración, que contó con la presencia de Benavides, duró aproximadamente 18 minutos. La fiscal llegó en un vehículo y rápidamente ingresó a la sede de la fiscalía.
En sus declaraciones, Patricia Benavides aseguró: «Todas las investigaciones se llevan a cabo de manera ágil. No hacemos distinción entre un delito u otro; todos están siendo investigados. Desde la Fiscalía Nacional transmitimos el mismo mensaje para garantizar que todo se cumpla de manera rápida y dentro de los plazos procesales. Puede estar tranquilo, todas las investigaciones están en curso y se llevan a cabo de manera objetiva.» Luego, dio un apretón de manos y abandonó rápidamente la sede de la fiscalía en Juliaca.
Simultáneamente, cientos de ciudadanos autoconvocados se congregaron frente al Ministerio Público de Juliaca, calificando de corruptos a los fiscales, especialmente a Patricia Benavides. Algunos cuestionaron el presunto blindaje a los militares y policías responsables de la muerte de 20 ciudadanos y la lesión de más de 300 personas en la región de Puno.
Es relevante mencionar que, desde tempranas horas del día, Pachamama Radio intentó obtener detalles de la agenda de la fiscal de la Nación llamando a funcionarios del Ministerio Público de la provincia de San Román. Sin embargo, se negaron a proporcionar información sobre la llegada de Patricia Benavides, quien está siendo investigada por la Junta Nacional de Justicia (JNJ) debido a cambios en el equipo especial de Cuellos Blancos.


