El sistema político peruano vive su momento más fragmentado, hoy existen más de cuarenta partidos inscritos y la incertidumbre domina el escenario electoral, así lo explicó el abogado Moisés Callasaca, quien advirtió dificultades para superar la valla electoral vigente.
Callasaca indicó que se contabilizan más de cuarenta partidos, el gran desafío es que muy pocos logran trascender en comicios nacionales, la saturación de organizaciones lejos de favorecer la democracia, crea confusión y dificulta el respaldo ciudadano.
Las alianzas buscan captar mayor simpatía y promover propuestas colectivas, en teoría deberían fortalecer candidaturas, pero actualmente solo hay cinco alianzas confirmadas en el país, reflejan la falta de consenso entre agrupaciones y la debilidad de acuerdos de fondo.
El analista señaló que la construcción de consensos resulta escasa, los partidos tradicionales prefieren competir de forma solitaria, agrupaciones como las de Acuña, Aliaga y Keiko aparecen sin unión y muestran una tendencia al personalismo que debilita la creación de proyectos nacionales sólidos.
En nuestro escenario, los partidos carecen de bases ideológicas claras o propuestas estructuradas, muchas veces funcionan con fines personalistas o de grupo, el interés nacional queda relegado y surgen pocas respuestas para problemas como la corrupción y la delincuencia.
La política, opinó Callasaca, se volvió un negocio, los partidos funcionan como «vientres de alquiler» para candidaturas y la educación también acabó mercantilizada, quienes quieren ser candidatos muchas veces solo buscan una ventana de oportunidad en vez de apegarse a proyectos colectivos.
Callasaca mencionó que los partidos acuden a regiones y sindicatos buscando figuras locales que representen una «voz del pueblo», sin embargo, quienes llegan al poder usualmente responden a las reglas de los dueños de los partidos y no a compromisos reales con la población.
Esa falta de unidad también afecta a los bloques conocidos de izquierda y derecha, Callasaca puso de ejemplo a Vicente Alanoca, referente de izquierda que ha preferido no posicionarse de manera clara, lo que revela el temor o duda al asumir posturas políticas definidas.
Hoy, muchos actores evitan declararse plenamente de un sector, optan por etiquetas vagas como «centro izquierda» o «centro derecha», con esto dificultan al electorado entender de manera exacta qué defienden o proponen sus candidaturas.
Otra debilidad relevante es la falta de cuadros formados internamente, la carencia de escuelas políticas obliga a buscar invitados para las listas, hasta un treinta por ciento de las candidaturas se reserva a externos y esto alimenta riesgos de transfuguismo.
Callasaca advierte que esa flexibilidad interna puede generar problemas de lealtad futura y pone en tela de juicio el compromiso real de muchos candidatos con los valores partidarios.
Los partidos no tienen capacidad de formar militantes con visión a largo plazo, cada proceso electoral se convierte en una feria donde los mejores postulantes se subastan entre organizaciones.
La población, ante este panorama, debe poner especial atención y analizar bien a quienes les ofrecen soluciones, la división y la inconsistencia programática podrían definir el futuro del país y aumentan el reto de elegir correctamente.
La atomización política demanda del votante una mirada más crítica y reflexiva, Callasaca concluyó que la decisión ciudadana será fundamental para reescribir el rumbo nacional en medio de la confusión partidaria y los desafíos sociales del Perú actual.
