El abogado Gerbert Huanca Quispe sostuvo que el poder político mantiene el control de todos los órganos de gobierno, y advirtió que el escenario electoral de 2026 traerá candidatos impuestos por partidos desprestigiados, por lo que la ciudadanía debe organizarse y asumir un control activo para exigir cambios reales.
El letrado llamó a que la población se involucre más allá de los comicios y participe activamente en la fiscalización diaria de las autoridades, tanto en el gobierno central como regional y local, pues considera que la decepción constante revela la falta de compromiso ciudadano en el seguimiento a la gestión pública.
Durante la entrevista en Valgan Verdades, Huanca remarcó que la ciudadanía suele relegar el interés por la política por empleos o asuntos personales, lo que facilita que gobernantes sin legitimidad ni preparación asuman espacios importantes, y perpetúa ciclos de mala administración y corrupción sistemática.
Sostuvo que no basta con esperar reformas constitucionales, ya que las fuerzas políticas existentes se unen para legislar en beneficio de grupos económicos y no de la sociedad, por lo que el deber de reflexión y organización recae directamente sobre los ciudadanos para elegir mejor y evitar repetir errores.
El especialista recomendó examinar detenidamente los antecedentes personales, laborales, familiares y políticos de quienes buscan representación, así como contrastar su preparación y el realismo de sus propuestas, para no dejarse llevar por promesas vacías que nunca se cumplen una vez en el poder.
Enfatizó que la ciudadanía no debe dejarse seducir por apariencias de campaña, sino que tiene la responsabilidad de sancionar a los candidatos con historial dudoso, falta de ética o escasa formación, pues de lo contrario se perpetúan gestiones ineficientes como en gobiernos anteriores.
Huanca destacó la importancia de elegir autoridades con experiencia legítima en la gestión pública, para evitar improvisaciones que, según recordó, ya causaron graves crisis políticas, económicas y legales en la región y el país, como en el caso reciente del expresidente Castillo.
Aclaró que el voto en blanco o nulo no constituye una herramienta de protesta válida, ya que no modifica la correlación de fuerzas del sistema, alertó que siempre habrá representantes electos gracias al apoyo de sectores organizados, mientras los votos viciados simplemente se pierden sin lograr cambios.
Según explicó, la responsabilidad ciudadana implica tomar posición y decidir entre las opciones disponibles, sin caer en la apatía, ya que el desinterés solo refuerza el círculo de políticos ineficientes y aleja la posibilidad de un sistema público más honesto y funcional.
El abogado exhortó a no desentenderse de la política local ni nacional, pues tanto el presidente como los alcaldes o gobernadores regionales inciden directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos, sus decisiones afectan la educación, la economía y la estabilidad de las familias.
Reiteró que el escepticismo justificado hacia los partidos no debe convertirse en inacción, instó a la ciudadanía a informarse, exigir debates y rendición de cuentas, y priorizar siempre la honestidad y la capacidad real de los aspirantes sobre intereses inmediatos o ideologías pasajeras.
Huanca recalcó la necesidad de repensar la educación y la formación ciudadana, para que desde temprana edad se promueva una responsabilidad social activa y el deber de devolver al Estado la inversión recibida en la formación de cada persona, construyendo así una sociedad más consciente.
Además, insistió en que la falta de sanciones a malos funcionarios y la impunidad en gobiernos regionales y locales agravan la desconfianza generalizada, y provoca contradicciones al comparar casos de expresidentes sentenciados con la aparente inmunidad de autoridades regionales.
Concluyó que solo el ejercicio de un voto razonado y la vigilancia ciudadana permanente permitirán poner límite a los ciclos de decepción, pidió a los oyentes reflexionar sobre su responsabilidad activa, pues la indiferencia ante el proceso político impacta siempre, directa o indirectamente, en el bienestar familiar.