Familias de la macrorregión sur ahora perciben esperanza tras conocerse que los terrenos del Ejército Peruano serían destinados a la construcción del Hospital de Alta Complejidad en Puno, proyecto que ya cuenta con un dictamen técnico positivo.
Salomón Coaquira Gómez, presidente del Comité de Gestión del Hospital de Alta Complejidad Puno, afirmó que desde el año 2020 lidera las gestiones para asegurar este proyecto fundamental para la región.
La urgencia por este nuevo hospital incrementó durante la pandemia, situación en que el hospital Carlos Merino evidenció graves deficiencias, pues fue recategorizado de nivel 2-2 a 2-1, alejando servicios a la población.
Puno experimentó la carencia de especialistas, infraestructura insuficiente y equipos limitados, lo que llevó a muchos pacientes a ser trasladados hasta Arequipa o Lima, dificultando el acceso a atención médica por falta de recursos económicos.
Salomón Coaquira indicó que, bajo este contexto, su comité orientó esfuerzos hacia el diseño de un centro médico de alta complejidad, que aspira a brindar servicios con alcance macrorregional y clasificado como nivel 3-2.
El proceso arrancó formalmente en 2020, cuando solicitaron apoyo al gobierno regional mediante el consejo de San Román, desembocando el 14 de julio en la aprobación del acuerdo regional 082-2020.
La aprobación de la Ley 31682 en enero de 2023 marcó un hito y ofreció respaldo legal completo para el desarrollo del Hospital de Alta Complejidad en Puno.
Desde la promulgación de la ley, las gestiones continuaron con el objetivo de definir el terreno adecuado, primero acudiendo a entidades locales, aunque se presentaron dilaciones administrativas.
Actualmente las expectativas recaen sobre un terreno que abarca cerca de ochenta hectáreas en manos del Ministerio de Defensa y administrado por el Ejército Peruano, específicamente el GAC 4 de Juliaca.
De esa extensión, el comité pide veinte hectáreas para los nuevos hospitales, reservando quince para el de alta complejidad y cinco para el oncológico, según explicó Salomón Coaquira.
El proyecto enfrenta un obstáculo debido a la superposición de coordenadas en el predio elegido, por lo cual se ha planteado una permuta de terrenos para destrabar el proceso.
La gestión municipal anterior destinó terrenos en Caracoto para un relleno sanitario, terrenos que, al carecer de servicios, el Ministerio de Salud ahora considera decisivos para el intercambio con el Ejército Peruano.
La situación del hospital se encuentra en su fase final, sujeta únicamente a la formalización legal de la permuta entre predios, además del cambio de uso de suelo actualmente calificado para recreación pública e industria liviana.