En la víspera, se dio inicio la semana de representación del Congreso de la República correspondiente al mes de febrero del presente año 2025, una práctica que se extenderá hasta el viernes 28 de febrero. Durante estos cinco días, los parlamentarios deben cumplir con la disposición del inciso (f) del artículo 23 del Reglamento del Congreso, que establece que los legisladores deben estar presentes en sus regiones de origen para atender las necesidades y preocupaciones de la ciudadanía.
Sin embargo, un sector de la población en la región de Puno considera que esta semana de representación no es más que un “saludo a la bandera”, ya que, a pesar de que los congresistas recogen las inquietudes de la población, estas no se materializan en soluciones concretas.
Según algunos dirigentes y ciudadanos, las necesidades recogidas en semanas anteriores nunca se han traducido en acciones efectivas, lo que genera desconfianza en la comunidad respecto a la verdadera utilidad de este espacio.
Durante la semana de representación, los congresistas deben trasladarse a sus circunscripciones electorales, donde tienen la oportunidad de estar en contacto directo con los ciudadanos y las organizaciones sociales.
El objetivo es conocer de primera mano sus preocupaciones y necesidades, y procesarlas según las normas vigentes. En el caso de Puno, los cinco congresistas de la región tienen la responsabilidad de atender los casos que lo ameriten, fiscalizar a las autoridades locales y colaborar con las organizaciones ciudadanas, además de mantener una comunicación constante con los entes del Poder Ejecutivo.
No obstante, la percepción de la población de Puno es que, a pesar de que los congresistas reciben denuncias y solicitudes de ayuda, estos casos no se resuelven satisfactoriamente. Los ciudadanos sienten que las promesas de atención y fiscalización se quedan solo en palabras, sin que se logren avances tangibles en beneficio de la comunidad.