Un juez de Azángaro, Santos Puma Machaca, dejó en libertad al chofer Yoni Mamani Condori, quien la semana pasada atropelló y mató a Benigna Gutiérrez Sánchez y a su hijo Ruperto Yucasi Gutiérrez en la vía Samán-Caminaca.
El conductor manejaba con 0.64 de alcohol en sangre, un nivel que triplica el límite legal y confirma su estado de ebriedad al momento del accidente. Según el dosaje etílico, el acusado conducía en estado de completa embriaguez, lo que agrava la gravedad del caso.
El fallo judicial estableció que Mamani Condori pagara 22 mil soles como reparación civil 11 mil por cada víctima, una cifra que los familiares consideran insuficiente e injusta.
El accidente ocurrió el martes 12 de agosto, cuando Mamani Condori perdió el control de su vehículo y arrolló a la madre y su hijo, quienes caminaban por la carretera. Testigos confirmaron que el conductor iba a exceso de velocidad y en zigzag, sin capacidad para reaccionar.
La familia de las víctimas rechaza la decisión del juez y exige una explicación pública. «No hay justicia en Puno», afirmaron los deudos, quienes anunciaron que impugnarán el fallo y pedirán una investigación por posible corrupción en el Poder Judicial.
El caso ha generado indignación en Azángaro, donde ciudadanos y organizaciones sociales cuestionan cómo un homicidio por conducción en estado de ebriedad puede resolverse con una multa. «La vida de dos personas no tiene precio, pero aquí parece que sí», señalaron los familiares.
Mientras el proceso continúa en Juliaca, los deudos exigen que Santos Puma Machaca rinda cuentas y que se revise el expediente. «Queremos que el juez dé la cara y explique por qué un asesino está libre», demandaron, sin descartar movilizaciones para presionar por un castigo ejemplar.


