La depredación de cerros en la ciudad Juliaca continúa realizándose de manera inescrupulosa sin que las autoridades hagan algo al respecto. Los vecinos de la urbanización La Rinconada han sido testigos de cómo, día tras día, volquetes de gran tonelaje transportan piedras desde la cima del cerro Pan de Oro, dejando atrás un paisaje devastado.
Este proceso, que ya lleva varios años, ha acelerado la desaparición del cerro además incluso de haber perjudicado, la imagen de un santo patrono que se encuentra en la cima del cerro, cuya cruz y espacio de veneración ya ha sido destrozado causando malestar en los devotos.
Los vecinos mostraron su indignación por la falta de acción por parte de las autoridades locales, quienes no han tomado medidas concretas para frenar la destrucción. Los habitantes de la zona señalan que, a pesar de los intentos previos de intervención por parte de la Gerencia de Desarrollo Urbano de la Municipalidad Provincial de San Román, la situación sigue empeorando.
En un último intento por salvar lo que queda, los vecinos hacen un llamado urgente a la unidad. «Necesitamos que todas las personas que valoran este cerro se sumen a la denuncia y al reclamo», instan. La indiferencia de las autoridades ha sido evidente, y los ciudadanos se sienten impotentes ante la destrucción que avanza a pasos agigantados, con la complicidad tácita de quienes tienen la responsabilidad de velar por el bienestar de la comunidad.


