Pedro Ticona, promotor cultural, resaltó el rol fundamental de la llama en la historia y las culturas andinas. Según Ticona, este camélido sudamericano no solo fue clave para la economía y la infraestructura, sino también para el desarrollo espiritual y cultural de las sociedades precolombinas.
Ticona comparó la relación de las civilizaciones andinas con la llama con el vínculo que otras culturas han establecido con animales clave: el caballo en Europa, los elefantes en Asia, los camellos en África y los búfalos en Norteamérica.
«En Sudamérica, gracias a la llama, se logró construir obras monumentales como el Qhapaq Ñan, que une cinco países, así como el desarrollo agrícola de los andenes y la arquitectura de sitios emblemáticos como Sillustani», destacó en Valgan Verdades de Pachamama Radio.
El promotor cultural subrayó que la llama ha sido una fuente de sustento en múltiples aspectos; alimentó con su carne, vistió con su fibra, y fue un vehículo espiritual en las ceremonias de las culturas andinas. “Hasta la fecha, se siguen usando prendas y objetos sagrados de llama, que protegen contra energías negativas y son parte esencial de las ofrendas realizadas por los yatiris”, afirmó.
Ticona también abordó la espiritualidad asociada a este animal, recordando cómo los antiguos pobladores encontraron en el cielo la constelación del «ojo de la llama», estableciendo así un vínculo místico con este ser. Además, explicó que las llamas eran tratadas con respeto y utilizadas ceremoniosamente, a diferencia del uso bélico y utilitario del caballo en Europa.
En cuanto al legado arqueológico, Ticona mencionó la presencia de la llama en petroglifos y pinturas rupestres, como en Lamparaquén y Carabaya, así como los recientes hallazgos en Kelkatani, donde se han identificado mil pinturas rupestres relacionadas con camélidos como la alpaca, vicuñas y suris.
Finalmente, Ticona destacó que la relación sagrada con la llama era parte de un sistema de respeto y convivencia con la naturaleza, una práctica que debería inspirar el cuidado del entorno en la actualidad. «La llama es más que un animal, es un símbolo de vida y espiritualidad en el mundo andino», concluyó.