Tanto el gobernador regional, Richard Hancco, como los periodistas Mirko Lauer o Liubomir Fernández, afirmaron en medios de comunicación que el tipo de organización que mueve a miles de peruanos contra el régimen de Dina Boluarte no tiene precedentes en la historia.
Para empezar, la movilización no se da en torno a un caudillo o personaje visible; tampoco hay un grupo de dirigentes claramente distinguibles, lo que dificulta la labor de represión del gobierno que empezó a detener dirigentes consiguiendo el efecto contrario al de frenar la movilización.
Otro factor, según Liubomir Fernandez es que, se ha visto a mujeres tomando la batuta de las movilizaciones, lo cual es señal de que la participación se decide a nivel familiar y, todo indica que nada los hará retroceder, ni siquiera el medio centenar de muertes que se dieron desde que Dina Boluarte asumió la presidencia.
Según Farid Matuk, una manera de medir la contundencia de las movilizaciones es la utilización de gas lacrimógeno, pues, indica que la policía no pudo controlar la situación. En el caso de Juliaca, los ciudadanos recogieron cientos de cartuchos de gas dando una idea de la magnitud de la movilización social.


