El próximo 28 de julio, Lima será testigo de una marcha fúnebre sin precedentes, convocada por familiares de víctimas de la violencia estatal. Esta movilización busca honrar a los caídos y exigir justicia por los crímenes cometidos durante los últimos años. Los organizadores esperan congregar a miles de personas, llevando ataúdes simbólicos para representar a los fallecidos. “No hay nada que celebrar”, declararon los convocantes, destacando la necesidad de un cambio urgente en el país.
La marcha fúnebre es un acto de protesta contra el gobierno de Dina Boluarte, acusado de represión y violaciones a los derechos humanos. Familiares de víctimas como Giovana Mendoza y Quilla Sotelo lideran la iniciativa, buscando visibilizar el dolor de las familias afectadas. “Llevaremos los ataúdes para recordar a nuestros seres queridos”, afirmó Mendoza, hermana de John Mendoza Huaranca, asesinado en Ayacucho. La protesta también busca denunciar la impunidad que rodea estos crímenes.
La movilización comenzará con un acto cultural en el Palacio de Justicia el 26 de julio, seguido de una subida a la Plaza Cristóbal al día siguiente. Estos eventos previos buscan preparar el terreno para la gran marcha fúnebre del 28, donde se espera una masiva participación ciudadana. Los organizadores han hecho un llamado a todos los sectores de la sociedad para unirse a esta causa. “Esta marcha es por todos los peruanos que han sufrido”, declaró Sotelo, hermana de Inti Sotelo Camargo.
La marcha fúnebre no solo busca honrar a las víctimas, sino también exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y la disolución del Congreso. Los manifestantes acusan al gobierno de implementar leyes que benefician a los poderosos y perpetúan la injusticia. “No somos libres mientras este gobierno siga en el poder”, afirmó Manuel Ovezo, pastor de la Iglesia Luterana. La protesta busca ser un punto de inflexión en la lucha por la justicia y la democracia en Perú.
La participación de diversos sectores sociales, incluyendo transportistas, comerciantes y estudiantes, es clave para el éxito de la marcha. Julio Campos, representante de los transportistas, instó a sus colegas a unirse a la protesta, denunciando la inseguridad y la violencia que enfrentan a diario. “No tenemos nada que celebrar en estas fiestas patrias”, declaró Campos, destacando la necesidad de un cambio urgente. La unidad de todos los sectores es esencial para lograr un impacto significativo.
La Federación de Estudiantes de la Universidad Católica también se ha sumado a la convocatoria, criticando la falta de calidad educativa y la inseguridad que afecta a los jóvenes. Coralí Escobar, presidenta de la federación, hizo un llamado a las juventudes para alzar su voz contra la incapacidad del gobierno. “Este 28 y 29 de julio nos movilizaremos por un futuro mejor”, declaró Escobar, instando a los jóvenes a unirse a la lucha por la justicia y la dignidad.
La marcha fúnebre también cuenta con el apoyo de la comunidad cristiana, que ha sido convocada a practicar la justicia y el amor fraternal. Manuel Ovezo, pastor de la Iglesia Luterana, hizo un llamado a los cristianos para unirse a la protesta y luchar contra la impunidad. “La práctica de la justicia es el reto para nosotros”, declaró Ovezo, destacando la importancia de la unidad en esta lucha. La participación de la comunidad cristiana es crucial para el éxito de la movilización.
La protesta busca ser un acto de unidad y resistencia, demostrando que el pueblo peruano está cansado de la represión y la injusticia. “Este gobierno nos ha robado la libertad”, declaró Milagrosa Samillan Sanga, de la ciudad de Juliaca. La marcha fúnebre es una oportunidad para que todos los peruanos se unan y exijan un cambio. La participación masiva es esencial para enviar un mensaje claro al gobierno y al Congreso.
La marcha fúnebre del 28 de julio es un llamado a la acción para todos los peruanos que buscan justicia y cambio. Los organizadores esperan que esta movilización sea un punto de inflexión en la lucha por la democracia y los derechos humanos en Perú. “No podemos permitir que la impunidad siga reinando”, declaró Giovana Mendoza. La protesta busca ser un acto de resistencia y esperanza, demostrando que el pueblo peruano está unido en su lucha por un futuro mejor.