La Fiesta de la Virgen de la Candelaria, uno de los eventos más emblemáticos de Puno, se vio empañada por cinco días de escasez de agua, afectando a miles de visitantes y locales. Eulogio Villasante, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado Central, denunció la grave situación.
“No había agua, los baños colapsaron y la población quedó desabastecida”, expresó Villasante. Mientras los centros comerciales se abastecían con cisternas, los comerciantes enfrentaron una crisis que manchó la imagen de la festividad.
El problema se agudizó entre el jueves y el lunes, días clave de la celebración. “La empresa EMSA Puno nos ha hecho quedar mal con los visitantes”, añadió Villasante, quien criticó la falta de respuesta de las autoridades.
Los comerciantes intentaron comunicarse reiteradamente con EMSA Puno y la municipalidad, pero no obtuvieron soluciones concretas. “Hemos reclamado a todas las instancias, pero el servicio fue pésimo”, señaló Villasante.
A pesar de la adversidad, los locales se organizaron para abastecerse por sus propios medios. “Nos hemos prevenido, pero no es justo que toda la población sufra por la incompetencia de unos pocos”, afirmó el vicepresidente.
La indignación crece entre los pobladores, quienes exigen responsabilidades. “El directorio y la gerencia de EMSA Puno deben renunciar”, concluyó Villasante, subrayando el impacto negativo en la imagen turística de Puno.