El ingeniero de minas Américo Arizaca Ávalos afirmó que la ampliación del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO) hasta junio del 2025 es un fracaso total, ya que no ha logrado formalizar a los mineros artesanales y de pequeña escala. Esta situación, según el experto, permite que la minería informal siga expandiéndose por todo el país, generando graves problemas ambientales, sociales y económicos.
Arizaca Ávalos recordó que, en 2012, se aprobó una ley de interdicción para frenar la minería ilegal, pero la presión de los mineros llevó a la emisión de un decreto que abrió un proceso de formalización. Sin embargo, después de más de doce años, menos del 1% de los mineros se ha formalizado, lo que demuestra la ineficacia de las medidas implementadas.
Uno de los principales obstáculos para la formalización, según el ingeniero, es la entrega de contratos de explotación, los cuales dependen en gran medida de la voluntad de la mediana y gran minería. Mientras el Estado no intervenga para resolver este problema, el proceso de formalización seguirá estancado y sin avances significativos.
El experto describió un panorama preocupante en el que la minería informal no solo es una actividad de subsistencia, sino que genera altos ingresos, llegando incluso a casos de lavado de dinero. Arizaca Ávalos mencionó que se han visto mineros informales gastando grandes sumas en fiestas y bienes de lujo, sin invertir en la remediación ambiental que tanto necesita el sector.
El ingeniero advirtió que, si el precio del oro continúa en alza, más personas se sumarán a la minería informal, incluso en zonas con baja concentración de minerales que ahora se vuelven rentables. Esta expansión descontrolada ya se observa en 23 regiones del país, desde la frontera con Bolivia hasta Cusco, lo que agrava el problema.
Arizaca Ávalos destacó que la minería informal ya no puede considerarse artesanal, ya que utiliza maquinaria pesada como volquetes y cargadores frontales, equipos que antes solo se veían en la mediana minería. Este cambio ha provocado un desorden total en el sector, dificultando aún más su regulación.
El experto también alertó sobre los graves problemas sociales asociados a la minería informal, como la delincuencia, la prostitución, la trata de personas y el trabajo infantil, especialmente en regiones como Madre de Dios. Además, señaló que el sicariato y las extorsiones dirigidas al sector minero han aumentado, creando un clima de inseguridad.
Finalmente, Américo Arizaca Ávalos sostuvo que, si el Estado no asume un rol más activo y revisa el sistema de concesiones, se perderá la oportunidad de que la minería contribuya al desarrollo del país. Según el ingeniero, esta falta de acción ha sido una constante en los últimos 30 años, perpetuando un problema que afecta a todo el Perú.