El ingeniero Fidel Huisa Mamani, docente de la facultad Ingeniería de Minas de la Universidad Nacional del Altiplano, indica que Puno enfrenta una crisis minera grave, ya que solo el 1% de mineros opera formalmente, por tanto, advierte que esta informalidad genera problemas como narcotráfico y actividades criminales la mayoría de mineros no cumple requisitos legales.
Huisa Mamani, menciona que miles de solicitantes mineros no logran formalizarse, porque demostrar la propiedad del terreno resulta difícil, muchos trabajan tierras ancestrales pero las concesiones mineras están en manos de terceros o grandes empresas, ya que la posesión legal es un obstáculo clave para mineros pequeños.
El conflicto aumenta cuando personas ajenas obtienen concesiones por trámites en línea, y desplazan a quienes trabajan la tierra desde hace años. Un documento oficial llamado «papelito manda» provoca disputas legales y sociales en la región la formalización enfrenta tensiones por concesiones otorgadas sin control.
Obstáculos y propuestas para la formalización minera
Según el ingeniero Huisa Mamani, las concesiones mineras permanecen ociosas años, empresas con capital pagan vigencias sin explotar áreas legales; y esto impide que mineros pequeños accedan a terrenos para operar formalmente la inactividad de concesiones afecta la formalización y el desarrollo local.
Huisa Mamani menciona que desde la academia se propone reformar la ley minera actual para que concesiones sin uso vuelvan al Estado y se asignen a mineros que desean formalizarse. Además, se enfatiza la necesidad de vigilar el cumplimiento de requisitos para evitar abusos la reforma legal, es urgente para mejorar la minería a pequeña escala.
Finalmente mencionó que la Universidad Nacional del Altiplano forma profesionales con enfoque en minería sostenible, en donde incluye cursos de ecología-desarrollo sostenible y planes de cierre de minas. La facultad cuenta con laboratorios para análisis ambientales y seguridad laboral, la educación busca mitigar impactos negativos y promover prácticas responsables.
Redacción: Gisela Pimentel Poma


