El consumo de alcohol en las madrugadas de Puno genera alarma, las calles muestran a diario personas, entre ellas mujeres jóvenes, dormidas o con hipotermia, lo que obliga a derivaciones hospitalarias y dispara la preocupación pública por el avance del alcoholismo nocturno.
La Municipalidad de Puno instaló una mesa técnica en el Consejo de Seguridad Ciudadana, el gerente Tomás Augusto Mamani Calixto explicó que la estrategia contempla posibles multas económicas para quienes consuman y permanezcan ebrios en la vía pública, medida inspirada en acciones adoptadas en otras regiones.
El plan busca reducir estos incidentes y se debate la viabilidad jurídica de sanciones, mientras las coordinaciones con regidores avanzan para definir el marco legal que justifique sancionar a infractores y desalentar la conducta en los espacios urbanos más afectados.
Serenazgo opera durante las 24 horas y da prioridad a la atención de personas en estado grave, aunque reconoce que la presencia diaria de ebrios distrae recursos que podrían fortalecer patrullajes y controlar delitos como robos o microtráfico en zonas críticas.
El área de Desarrollo Humano implementa campañas preventivas y apoya a centros de atención primaria, pero señala la falta de articulación con la universidad local, donde persiste alta vulnerabilidad, agravada por la carencia de centros especializados de rehabilitación y apoyo para alcohólicos crónicos.
La estrategia de Puno contrasta con la aplicada en Juliaca, donde la mesa técnica prioriza combatir asaltos y extorsiones, mientras que la capital altiplánica articula a veinte instituciones locales para responder a una crisis de seguridad marcada por robos de autopartes y vehículos en el ámbito urbano.