El proyecto del Gasoducto Sur Peruano, originalmente propuesto por Kuntur y posteriormente adquirido por Odebrecht, se paralizó en el 2017. La iniciativa buscaba conectar 15 provincias en seis regiones de la Macrorregión Sur, pero el consorcio no logró obtener el presupuesto necesario para continuar su construcción, según informó el especialista en temas energéticos, Antonio Gamero Márquez.
En Razón Libre de Pachamama Radio, señaló que un estudio realizado por una consultora internacional confirmó la viabilidad económica y social del proyecto. El informe destacó que el gasoducto, con punto de partida en Camisea, representaba la mejor alternativa para llevar gas natural a zonas como Cusco, Sicuani, Puno, Juliaca, Mollendo, Arequipa y Tacna, con el potencial de beneficiar a más de un millón de familias.
La paralización del proyecto genera consecuencias económicas significativas para el país. En 2023, se estimó un sobrecosto superior a 2 mil millones de dólares en electricidad, provocado por centrales térmicas que producen energía utilizando diésel, un combustible considerablemente más costoso que el gas natural durante las horas pico de consumo, indicó.
Los grupos económicos con intereses centralizados han sido históricamente opositores al desarrollo de infraestructura gasífera en el sur del país. Su resistencia se basa en posibles pérdidas económicas relacionadas con el transporte y distribución del gas, lo que ha impedido el desarrollo energético de las regiones sur-andinas del Perú, declaró.