El Perú necesitaría 64 años para convertirse en un país de ingreso alto si no implementa reformas que aceleren su crecimiento económico, según advirtió ayer el Banco Mundial en su informe de revisión fiscal, dato revelado por la economista de la Red de Estudios para el Desarrollo, Mónica Muñoz-Nájar, quien alertó sobre riesgos crecientes en la estabilidad macroeconómica del país.
El organismo internacional identificó problemas en el gasto estatal, la recaudación tributaria insuficiente, las reservas no repuestas tras la pandemia y la alta informalidad empresarial que limita los ingresos fiscales, situación que amenaza uno de los pilares históricos de estabilidad económica peruana de las últimas tres décadas.
«Perú todavía está sólido en el tema macroeconómico, pero hay algunos riesgos, sobre todo en el tema del gasto del Estado y de los ingresos del Estado, la recaudación, cuánto saca el Estado de impuestos», declaró Muñoz-Nájar durante su comentario económico en RPP.
Reglas flexibilizadas
El Estado peruano flexibilizó las reglas fiscales, que establecen límites máximos de gasto y endeudamiento, seis veces en los últimos ocho años, lo que evidencia debilidad en la disciplina presupuestaria y pone en riesgo la solidez económica construida desde los años noventa hasta la actualidad en el país.
La informalidad empresarial concentra la recaudación tributaria en pocas empresas grandes, mientras la mayoría de pequeñas empresas pagan muy pocos impuestos por estar en regímenes especiales o ser informales, situación que limita la capacidad del Estado para mejorar los servicios públicos y genera un círculo vicioso de baja tributación y mala calidad estatal.
El Banco Mundial instó al Perú a reponer sus reservas fiscales gastadas durante la pandemia y acelerar reformas para impulsar el crecimiento económico, pues mantener la estabilidad macroeconómica es fundamental para evitar crisis como las experimentadas históricamente en Argentina, Venezuela o Bolivia con inflación y descontrol cambiario.


