El general Francisco Ninalaya Martínez, jefe policial de Puno, confirmó que el flujo de ciudadanos bolivianos hacia Perú no presenta aumentos significativos, descartando un éxodo masivo. Las autoridades mantienen monitoreo en los cruces fronterizos clave.
En colaboración con Migraciones, se realizan operativos para verificar la documentación de ingresantes. “En los últimos controles, varios extranjeros fueron expulsados por falta de papeles”, destacó Ninalaya. La vigilancia se centra en evitar irregularidades.
Los pasos más utilizados son Kasani (Yunguyo) y el puente de Desaguadero, puntos estratégicos por su alta circulación. El general reiteró que, aunque no hay alarma, la vigilancia es constante para garantizar el orden migratorio.
Ninalaya enfatizó que “la estabilidad en las cifras no implica relajamiento”, ya que los controles continúan de manera coordinada. “Trabajamos para asegurar que cada ingreso sea legal”, afirmó.
Las expulsiones recientes reflejan el rigor de los operativos, aunque la migración boliviana sigue siendo minoritaria. Las autoridades insisten en que no hay motivos para alertas, pero mantienen protocolos activos.
Puno, región limítrofe con Bolivia, sigue siendo eje del control migratorio, con una red de vigilancia que prioriza la seguridad sin afectar el tránsito regular. La situación se reporta estable, pero bajo observación.
