El Congreso aprobó un presupuesto nacional de S/ 257,562 millones para el 2026, equivalente a un cuarto del PBI, donde prioriza el gasto en remuneraciones estatales con un incremento de S/ 10,000 millones, pero reduce la inversión pública en S/ 6,000 millones, advirtió Gonzalo Manrique Bohorquez, economista senior del Instituto Peruano de Economía.
El nuevo presupuesto representa un aumento de solo 2% respecto a 2025, cuando se destinaron S/ 252,000 millones, sin embargo la estructura del gasto cambió significativamente al priorizar sueldos de docentes, personal de salud y otros funcionarios del aparato estatal por encima de obras de infraestructura.
«Este aumento de 10,000 millones de soles en remuneraciones es para personal docente, de salud, de los distintos sectores que maneja el Estado», explicó Manrique Bohorquez.
Gasto fijo sin retorno
El incremento continuo en remuneraciones estatales constituye un gasto fijo muy difícil de modificar en el futuro, a diferencia de la inversión pública que genera retorno económico y desarrollo, según el análisis del IPE sobre las tendencias presupuestales de los últimos años.
Esta política de gasto amenaza el equilibrio fiscal del próximo gobierno, considerando que en los últimos dos años no se cumplió la regla fiscal y las presiones del Congreso continúan aumentando mediante disposiciones complementarias que modifican la propuesta original del Ministerio de Economía.
El Congreso incorporó 72 disposiciones complementarias en la ley de presupuesto 2026, superando el promedio de 45 que se registraba entre 2021 y 2024, aunque por debajo del récord de 120 disposiciones del año pasado que generaron mayores presiones de gasto.
Municipalidades no ejecutan recursos
Las municipalidades manejan 40% del presupuesto de inversión nacional pero solo ejecutan 70% de sus recursos, mientras que el gobierno nacional y regional superan el 80% de ejecución, evidenciando graves problemas de capacidad técnica en los gobiernos locales.
«Ha habido estudios por parte de Servir que identifican que muchos funcionarios, sobre todo de las municipalidades, no cuentan con las herramientas necesarias para destrabar los proyectos», señaló el economista del IPE sobre las causas de la baja ejecución presupuestal.
El presupuesto municipal se incrementa en promedio 90% durante años electorales como será 2026, cuando se realizarán elecciones nacionales y locales simultáneamente, lo que genera mayor riesgo de obras paralizadas y recursos desperdiciados por falta de capacidad de gestión.
