El director de la revista Apuntes a Lápiz, Julio Failoc, sostuvo que existe una proliferación de partidos políticos en el Perú, un fenómeno que, según él, genera fragmentación política y dificulta la representación democrática. De acuerdo a sus declaraciones, el impacto de la Ley N° 32058 genera la atomización del sistema político y complica gravemente los procesos electorales.
Según Failoc, se espera que en las elecciones generales de 2026 participen aproximadamente 58 partidos políticos, lo que llevará a una cédula de sufragio inmanejable. Esto, advirtió, podría traducirse en que únicamente entre seis y ocho organizaciones logren superar la valla electoral, dejando fuera a la gran mayoría. “Imaginemos un proceso con medio millón de candidatos a nivel nacional. Es insostenible y refleja la falta de un sistema de partidos sólido”, afirmó en diálogo con Valgan Verdades de Pachamama Radio.
El analista también subrayó que esta situación no refleja una verdadera diversidad ideológica, sino una fragmentación impulsada por intereses particulares. En sus palabras, los partidos políticos actuales operan más como “franquicias políticas” que priorizan beneficios económicos antes que propuestas claras para el desarrollo del país.
Sobre las implicancias para la democracia, Failoc advirtió que el Congreso de la República resultante de las elecciones será profundamente minoritario, representando a sectores limitados de la población. “El próximo presidente podría asumir el cargo con un respaldo inferior al 20% en la primera vuelta, lo que debilitaría aún más la legitimidad del gobierno y del Congreso”, agregó.
Frente a este escenario, el director de Apuntes a Lápiz llamó a implementar reformas estructurales, como elecciones primarias abiertas y democráticas dentro de los partidos políticos, para mejorar la calidad de los candidatos y fortalecer la oferta electoral. También destacó la necesidad de retomar valores democráticos históricos, tomando como referencia la Constitución de 1979.
Finalmente, Failoc concluyó que el verdadero problema no reside en la ciudadanía, sino en la calidad de la oferta electoral. “La población no vota mal; lo que tenemos es un menú electoral mediocre que no ofrece opciones viables para el desarrollo del país”, sentenció.