Un año después de la intoxicación masiva en Puno, 31 estudiantes padecen secuelas de salud sin diagnóstico ni apoyo estatal, informó Wilmer Mamani, padre afectado. Actualmente los niños sufren dolores y reacciones alimentarias constantes, mientras el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social no brinda ayuda concreta. La desconfianza en el programa alimentario persiste ante la falta de garantías.
Wilmer Mamani relató con preocupación cómo su hija y otros 30 menores continúan con problemas estomacales severos y dificultades para alimentarse normalmente desde marzo de 2024. A pesar del tiempo transcurrido, las familias afrontan solas los gastos médicos y el sufrimiento de sus hijos. Los síntomas se han vuelto regulares, afectando la vida diaria de los estudiantes.
La falta de respuestas por parte de las autoridades es indignante para los padres, según expresó Wilmer Mamani. Afirmó que representantes del ministerio visitaron la zona sin ofrecer soluciones reales ni asumir responsabilidades. Un viaje a Lima para obtener diagnóstico y tratamiento resultó infructuoso, dejando a las familias sin esperanza.
Wilmer Mamani criticó la aparente inacción ante la gravedad de la situación que afecta a tantos niños. Incluso la investigación fiscal inicial buscó archivarse, generando sospechas entre los padres. Gracias a la intervención de la Fiscalía de la Nación en Lima, se espera un cambio en la fiscalía local y la continuidad del proceso.
El programa alimentario, antes Qali Warma, mantiene problemas y genera desconfianza en los padres, señaló Wilmer Mamani. A pesar del cambio de nombre, no existen garantías sobre la calidad de los alimentos, recordando el incidente previo donde se culpó al agua. Ante la reciente intoxicación en Jaén, la preocupación y el temor de los padres aumentan.
Wilmer Mamani hizo un llamado a los padres de familia a nivel regional para extremar precauciones con los alimentos proporcionados, dudando de su calidad y manipulación. La falta de transparencia y el abandono estatal obligan a las familias a mantenerse vigilantes para proteger la salud de sus hijos ante posibles nuevos incidentes.