Puno enfrenta una distribución desigual de fondos públicos, recibiendo solo mil doscientos ochenta soles por habitante, cifra que representa menos de la mitad comparada con Cusco, que obtiene dos mil setecientos ochenta y siete soles. El dato lo reveló el contador Juan Cairo Rojas, indicando que esta disparidad afecta el desarrollo regional y genera preocupación social y económica.
El presupuesto nacional prioriza el pago de sueldos estatales, destinando noventa y tres mil novecientos millones de soles en 2024, un aumento de más de veinte mil millones respecto al año anterior. Este gasto en planillas absorbe el cincuenta y tres por ciento del déficit fiscal total, limitando la inversión pública a solo sesenta y cinco mil ciento noventa y seis millones de soles. El desequilibrio fiscal impacta directamente en obras para la población.
La brecha presupuestaria entre regiones es alarmante. Arequipa recibe mil cuatrocientos veintiséis soles por habitante, cifra superior a la de Puno pero inferior a Cusco. La falta de representación política fuerte en Puno contribuye a esta situación. Los congresistas locales apoyan medidas populistas como la reducción del IGV, que genera un déficit de diez mil millones de soles. La desigualdad presupuestaria refleja una falta de defensa de intereses regionales.
Desigualdad presupuestaria y sus causas
Los recursos adicionales que deberían destinarse a obras públicas muchas veces se usan para cubrir planillas municipales. La Contraloría General de la República no cumple adecuadamente su función de supervisión, lo que facilita la corrupción. Investigaciones periodísticas han expuesto irregularidades en el manejo de fondos públicos. La corrupción limita el desarrollo y afecta la confianza ciudadana.
Ante esta realidad, los ciudadanos deben ejercer control sobre el gasto público. Las autoridades tienen la obligación de transparentar ingresos, viáticos y proveedores. Publicar información sobre costos unitarios y personal en obras es fundamental para garantizar la correcta administración de recursos. La transparencia es clave para mejorar la gestión pública y la inversión social.
La distribución inequitativa del presupuesto nacional genera consecuencias significativas para Puno. La región queda rezagada en infraestructura y servicios básicos, afectando la calidad de vida de sus habitantes. La falta de inversión adecuada perpetúa desigualdades históricas y limita el progreso económico regional. La equidad en la asignación de recursos es esencial para el desarrollo sostenible.
Redacción: Gisela Pimentel Poma