El aplazamiento de la inauguración del embarcadero en Llachón trastoca el turismo en Capachica, limita los ingresos de asociaciones locales y dificulta la conectividad en el lago Titicaca, especialmente para quienes dependen de la llegada de visitantes extranjeros y nacionales.
Wilson Lipa Fernández, encargado municipal, confirma que la obra no estará lista en noviembre, atribuye el retraso a inconvenientes con la empresa contratista y remarca que este hecho influirá negativamente en la actividad económica, especialmente en el turismo rural y artesanal.
La Municipalidad impulsó el proyecto para dinamizar la zona, reactivó los trabajos, pero los plazos obligan a postergar la inauguración hasta 2026 y retrasan así los beneficios para más de treinta agrupaciones vinculadas al turismo comunitario y la producción artesanal.
Llachón, conocida como cuna del turismo rural en Perú, recibe visitantes interesados en sus tradiciones, sin embargo, la falta de infraestructura limita la experiencia que pueden ofrecer los emprendedores y reduce el movimiento económico local.
Mientras esperan la obra, los empresarios continúan atendiendo viajeros, ajustan sus servicios y mantienen la oferta turística basada en la riqueza cultural y artesanal de la península, aunque reconocen que los ingresos no alcanzan el potencial previsto.
Wilson Lipa Fernández sostiene que el nuevo embarcadero permitirá conectar mejor a las comunidades, facilitará el transporte en el lago Titicaca y abrirá oportunidades para que el turismo rural crezca, se consolide y beneficie a quienes viven de esta importante actividad.