La Contraloría General de la República ha alertado sobre riesgos significativos en la construcción de la piscina municipal de Sandia, una obra que busca promover la recreación y el deporte en la comunidad con un presupuesto superior a los S/ 3.9 millones. Según el Informe de Control Concurrente, se han identificado deficiencias en las losas de concreto, como fisuras que podrían debilitar su resistencia y afectar la seguridad de la infraestructura. Además, se ha detectado la falta de registros diarios de avance en el cuaderno de obra, lo que limita el control sobre la ejecución del proyecto.
Las deficiencias en las losas de concreto son especialmente preocupantes, ya que podrían comprometer la estabilidad y seguridad de la piscina. Estas fisuras no solo afectan la calidad de la construcción, sino que también podrían generar costos adicionales para reparaciones futuras si no se abordan a tiempo.
Otro problema grave es la ausencia del supervisor de la obra de manera permanente, lo que genera un riesgo en la calidad del trabajo realizado. Sin una supervisión constante, es difícil garantizar que los materiales se utilicen correctamente y que se cumplan los estándares de construcción adecuados.
Además de estos problemas, el inadecuado almacenamiento de materiales como cemento y acero expuestos a la intemperie podría afectar la durabilidad de la construcción. Esto no solo podría generar pérdidas económicas, sino que también podría comprometer la seguridad estructural de la piscina a largo plazo.
La situación se vuelve aún más crítica debido a la ausencia de seguro complementario de riesgo para los trabajadores y el uso inadecuado de equipos de protección. Esto representa un peligro significativo para la salud y seguridad de los trabajadores durante la ejecución de la obra, lo que podría tener graves consecuencias legales y humanas.
Finalmente, es importante que la Municipalidad Provincial de Sandia tome medidas inmediatas para abordar estos riesgos y garantizar que la construcción de la piscina municipal se realice con los estándares de calidad y seguridad adecuados. Esto no solo aseguraría la integridad de la infraestructura, sino que también protegería a los trabajadores y a la comunidad que utilizará la piscina en el futuro.
