El cierre de bocaminas en el centro poblado Mina La Rinconada del distrito de Ananea se mantiene este jueves 9 de octubre, después de iniciarse el pasado miércoles del mismo mes con el bloqueo de los principales accesos a las distintas labores mineras. La medida continúa generando incertidumbre entre los trabajadores mineros tanto de La Rinconada como de Lunar de Oro, quienes enfrentan la paralización prolongada de sus actividades bajo el único argumento oficial de razones vinculadas a la inseguridad en la zona minera.
El miércoles 8 de octubre, mientras se ejecutaba el cierre de accesos, las autoridades municipales de Rinconada y Cerro Lunar convocaron a dirigentes y pobladores a una reunión de emergencia en el salón multiusos de la Urbanización Tres de Mayo. En el encuentro a puertas cerradas, los asistentes acordaron elevar documentos formales a la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de Puno solicitando la reanudación inmediata de los trabajos mineros, mientras la población minera permanece a la espera de respuestas concretas que definan el futuro de sus actividades económicas.
Durante la reunión, los participantes establecieron como condición fundamental para el reinicio de operaciones la realización de una mesa de diálogo tripartita. Esta instancia de negociación debería reunir a representantes de la población afectada, autoridades de la DREM Puno y directivos de la Corporación Minera Ananea, con el objetivo de encontrar soluciones consensuadas que permitan compatibilizar la seguridad en las operaciones mineras con la continuidad del trabajo que sustenta la economía de miles de familias en esta región del altiplano puneño.
El cierre continuado de bocaminas representa un golpe directo a la economía de La Rinconada y Lunar de Oro, centros poblados cuya actividad principal gira en torno a la minería aurífera. Los trabajadores mineros enfrentan la imposibilidad de acceder a sus fuentes laborales, lo que genera creciente preocupación sobre el sustento de sus familias mientras se define el futuro de las operaciones, y las autoridades locales buscan urgentemente canales de diálogo para revertir la situación que mantiene cerradas las principales vías de acceso a las labores subterráneas.
La falta de información detallada sobre los motivos específicos del cierre y el tiempo estimado de duración incrementa la tensión en la zona minera. Los pobladores cuestionan que la medida se haya implementado sin un proceso previo de socialización o explicación técnica más allá de referencias generales a problemas de inseguridad, mientras esperan pronunciamientos oficiales de la DREM que clarifiquen los fundamentos legales y técnicos que respaldan la paralización de las actividades en múltiples bocaminas simultáneamente durante estos días de octubre.
La Dirección Regional de Energía y Minas de Puno deberá evaluar la solicitud de mesa de diálogo y determinar las condiciones necesarias para permitir la reanudación de las operaciones mineras. La Corporación Minera Ananea también participará en las negociaciones para presentar propuestas concretas sobre protocolos de seguridad y mejoras operativas que garanticen condiciones adecuadas, mientras la población mantiene la expectativa de retornar pronto a sus labores y recuperar la normalidad económica que sustenta a miles de familias en estos centros poblados mineros de la provincia de San Antonio de Putina.
