El alcalde Jaime Sacaca Mamani del centro poblado de Chuquine, Ananea, San Antonio de Putina, denunció que la minería descontrolada está destruyendo fuentes de agua y el suelo andino de su jurisdicción. Esta grave situación medioambiental afecta directamente a la cuenca del río Ramis en la región. Por ello la autoridad local exige intervención urgente para detener la catástrofe ambiental en la cordillera.
La laguna Lunar de Oro, ubicada en la cabecera de la cordillera, desapareció totalmente por vertido de relaves. Los residuos mineros se arrojan a diestra y siniestra sin ningún tipo de control por las unidades. Ahora la laguna Inambari también recibe estos desechos tóxicos provenientes de las operaciones mineras ilegales. La destrucción sistemática de ecosistemas acuáticos pone en riesgo la biodiversidad del altiplano puneño andino.
Estos residuos dañinos han aniquilado por completo la vida acuática en la laguna Inambari de manera irreversible ya que los peces han desaparecido definitivamente de este cuerpo de agua que sostenía actividad pesquera artesanal. Chuquini, la comunidad afectada, es cuna milenaria dedicada a la crianza de camélidos andinos tradicionalmente, hoy la contaminación amenaza también la ganadería que sustenta a las familias de la zona alta.
Mayoría de unidades mineras operan sin formalización
El problema principal radica en la falta de formalización de la mayoría de las unidades mineras operativas. Sacaca indicó que la Corporación Minera Ananea probablemente opera con cierta formalidad mientras que gran cantidad de mineros laboran al aire libre, sin control ambiental ni supervisión de autoridades. Las operaciones informales superan ampliamente a las pocas empresas que cumplen requisitos legales vigentes.
Los mineros en Rinconada demuestran poco o nulo interés en la seguridad ambiental o laboral actualmente ya que trabajan sin respetar las normas y leyes que obligan a tener formalización y cuidado del entorno. «Para ellos es prioritario continuar con sus actividades extractivas», señaló el alcalde con preocupación evidente. La búsqueda de oro a cualquier costo genera destrucción ambiental sin precedentes en la zona.
El alcalde Jaime Saccaca Mamani expresa preocupación por la poca intervención de la Fiscalía Ambiental regional. Este organismo y otras instituciones casi no actúan en su gran magnitud en la zona minera. «Es sumamente difícil determinar quién contamina, pues son muchas unidades», explicó la autoridad local afirmando que la multiplicidad de operadores dificulta la identificación de responsables específicos de la contaminación masiva.
Mineros ignoran notificaciones de autoridades locales
Los habitantes de Ananea no tienen valor para muchos mineros que laboran en Rinconada y Cerro Lunar ya que ignoran las notificaciones y a las autoridades locales que intentan regular sus actividades extractivas. «Ingresan a la zona sin permiso y hacen lo que quieren sin rendir cuentas a nadie», denunció. La impunidad alimenta el crecimiento de operaciones mineras ilegales en territorio comunal ancestral.
La autoridad de Chuquine solicita urgentemente a la Dirección Regional de Energía y Minas un diagnóstico integral completo. Se necesita clasificar cuáles unidades mineras operan formal o ilegalmente en toda la zona de Ananea. «Se necesita una revisión completa antes de reiniciar labores», exigió el alcalde con firmeza ante medios. Este catastro permitiría identificar operadores legales e ilegales para acciones diferenciadas de fiscalización.
La comunidad de Chuquine demanda acciones inmediatas para recuperar los ecosistemas acuáticos destruidos por minería ilegal devastadora. Sin intervención urgente del Estado, más lagunas desaparecerán en los próximos meses con consecuencias irreparables. Los pobladores exigen que autoridades ambientales asuman su responsabilidad con fiscalizaciones efectivas y sanciones drásticas. Puno no puede permitir que la minería ilegal continúe aniquilando sus recursos hídricos andinos vitales.


