A más de un año de la intoxicación masiva por alimentos contaminados de Qali Warma, los escolares del colegio Gamaliel Churata del distrito de Cabana en la provincia de San Román, continúan presentando graves secuelas que deterioran progresivamente su salud. La mañana de este lunes Lisbeth E.C. de 14 años, una de las escolares afectadas sufrió desmayos por fuertes dolores estomacales, evidencia que las bacterias peligrosas persisten en el organismo de los estudiantes afectados.
La menor fue derivada de emergencia al Hospital III EsSalud Juliaca, donde los médicos confirmaron la presencia de bacterias muy peligrosas en su estómago que requieren atención especializada en Lima. Su madre, María Chipana Huayta, denunció que el estado de salud de su hija empeora con el tiempo, contradiciendo las versiones oficiales sobre la supuesta recuperación de los escolares intoxicados.
«Literalmente todos los escolares afectados han sido abandonados a su suerte, muchos continúan presentando malestares», declaró la madre afectada. El viacrucis y la desesperación continúa en las familias de los estudiantes que siguen sufriendo las consecuencias de consumir alimentos con bacterias distribuidos por el programa gubernamental en marzo del 2024.
Los escolares que recibieron atención presuntamente especializada en Lima no mostraron mejoría significativa, evidenciando que las secuelas persisten sin tratamiento efectivo. Las familias denuncian que tras la atención en la capital no recibieron medicamentos ni seguimiento médico, mientras las autoridades sanitarias intentan ocultar la gravedad de las complicaciones persistentes.
María Chipana reveló que ella misma costea todos los gastos médicos de su hija, incluyendo traslados de emergencia y consultas especializadas. «Luego de que nos han atendido en Lima no nos han dado ni medicamentos ni nada, solo nos dijeron que digamos que el estado nos está atendiendo», señaló la madre, evidenciando el abandono estatal hacia las familias que enfrentan solas esta crisis sanitaria.
Las secuelas de la intoxicación por Qali Warma se agravan progresivamente en varios escolares, mientras el proceso de investigación permanece estancado sin sanciones para los principales responsables. Los encargados de la empresa distribuidora de alimentos mantienen la impunidad, dejando a las familias afectadas en total desamparo ante un gobierno indolente.


