El secretario de Organización del Sindicato de Lustrabotas, Hugo Andrade Fernández, se pronunció tras el lanzamiento del local que ocupaban hasta ayer. El espacio ubicado en el jirón Huancané N# 247 en la ciudad de Puno fue desalojado luego de un largo proceso judicial con la Sociedad de Beneficencia Pública. En este lugar se desarrollaban las actividades y además funcionaba el comedor básico para trabajadores de escasos recursos.
Andrade manifestó que se sienten preocupados tras el lanzamiento judicial porque todos los asociados esperaban reactivar el comedor. Este servicio tuvo que ser suspendido hace tres años luego de que se les cortaran los servicios básicos como agua y luz. El comedor representaba un apoyo fundamental para los trabajadores lustrabotas que dependen de ingresos diarios limitados para su subsistencia y la de sus familias.
El local fue entregado al sindicato en el año 2010 y rehabilitado por los propios trabajadores lustrabotas. Andrade señaló que los asociados invirtieron esfuerzo y recursos para acondicionar el espacio durante más de una década. Sin embargo, el proceso judicial con la Beneficencia Pública culminó con el desalojo definitivo dejando sin sede a los trabajadores organizados que ocupaban el inmueble hace trece años.
Los servicios básicos fueron cortados hace tres años obligando a suspender las actividades del comedor popular. Esta medida afectó gravemente a los lustrabotas que dependían de ese espacio para alimentarse durante su jornada laboral. El corte de agua y luz marcó el inicio del deterioro de las condiciones que finalmente derivaron en el lanzamiento judicial ejecutado hoy en el jirón Huancané.
Los asociados ya no reciben apoyo según denunció el secretario de Organización del sindicato de trabajadores. Andrade señaló que la falta de respaldo institucional agrava la situación del gremio. La pérdida del local representa un golpe adicional para trabajadores que enfrentan condiciones económicas precarias sin contar con espacios alternativos para desarrollar sus actividades organizativas y de asistencia mutua.
La pérdida del local agrava aún más la situación de los lustrabotas organizados en el sindicato. El lanzamiento judicial los deja sin un punto de encuentro ni la posibilidad de reactivar el comedor suspendido. Andrade expresó la preocupación de todos los miembros ante esta situación que afecta directamente sus condiciones laborales y su capacidad de organizarse colectivamente para defender sus derechos.
El proceso judicial con la Beneficencia Pública se extendió durante varios años hasta culminar con el desalojo. Los trabajadores lustrabotas ocupaban el inmueble desde 2010 cuando les fue entregado oficialmente. Durante trece años lo utilizaron como sede sindical y espacio para el comedor popular hasta que los conflictos legales derivaron en la medida judicial ejecutada.
