La situación actual de los derechos humanos en el Perú exige una profunda autocrítica, reconociendo la debilidad democrática y la urgencia de una acción social frente al riesgo de retroceso institucional. En este contexto, las organizaciones civiles juegan un papel clave para la defensa de las libertades ciudadanas, afirmó Miguel Jugo Viera, secretario ejecutivo adjunto de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
En Razón Libre de Pachamama Radio, expresó su preocupación por el posible deterioro de las libertades fundamentales. En este sentido, hizo un llamado a la movilización de las comunidades campesinas, gremios y organizaciones sociales, sugiriendo la reactivación de comités locales de derechos humanos. En regiones como Cusco, organizaciones como Derechos Humanos Sin Fronteras sirven de ejemplo de resistencia colectiva.
Jugo Viera anticipó un escenario político turbulento para 2025, con desafíos institucionales cada vez mayores. En este contexto, subrayó la necesidad de una respuesta coordinada y proactiva, que implique una reconstrucción desde las bases sociales. Esta reconstrucción debe recuperar metodologías asamblearias, que permitan elegir representantes comprometidos con la defensa de los derechos fundamentales en diversas regiones del país.
El secretario ejecutivo adjunto insistió en que la sociedad civil debe convertirse en el principal bastión de protección de los derechos humanos. Es importante organizarse, articular esfuerzos y construir una red de defensa que trascienda las fronteras locales, asegurando la vigencia de los principios democráticos frente a posibles amenazas institucionales.