Demetrio Quispe Arias, de 67 años, sobrevivió milagrosamente cuando el bus que viajaba de Masiapo a Juliaca se precipitó a un abismo en Sandia. El anciano relató que los pasajeros advirtieron al conductor sobre la velocidad excesiva minutos antes del fatal accidente.
Desde su cama en el Hospital Carlos Monge Medrano, Quispe describió cómo perdió el conocimiento durante la caída. “Desperté en el río, con dolores terribles y sin poder moverme”, contó el sobreviviente que abordó el bus alrededor de las 2:30 a.m. con otros 7 pasajeros.
El accidente ocurrió tras repetidas advertencias de los pasajeros al conductor sobre el exceso de velocidad. Quispe y otro joven quedaron atrapados entre los restos del vehículo, inconscientes y gravemente heridos, sin posibilidad de pedir ayuda inmediata.
Durante nueve largas horas, ambos sobrevivientes permanecieron en el lugar del siniestro sin asistencia. “Vi al joven con vida, pero no podíamos gritar”, recordó Quispe sobre la angustiosa espera hasta que transeúntes los descubrieron cerca del mediodía.
El rescate llegó cuando dos jóvenes divisaron los restos del bus y auxiliaron a los heridos. Quispe fue trasladado en estado crítico al hospital, donde permanece bajo observación con múltiples fracturas y lesiones internas.
La familia enfrenta otra tragedia: el bus no tenía SOAT vigente. Los parientes deben cubrir todos los gastos médicos, incluyendo radiografías y ecografías urgentes para evaluar el daño interno del sobreviviente.
A través del número 973703716, los familiares piden apoyo económico para el tratamiento de Quispe, cuyo estado sigue siendo delicado. El caso expone los riesgos del transporte informal en carreteras peligrosas de la región.