Fuertes vientos huracanados azotaron el distrito de Anapia, en la provincia de Yunguyo, región Puno, dejando graves daños a la población. Un total de 24 familias resultaron afectadas, con sus techos de calamina arrancados y una vivienda completamente destruida, con paredes agrietadas e inhabitables.
El fenómeno también derribó un poste de alumbrado público, interrumpiendo el suministro eléctrico. Aunque Electro Puno logró restablecer el servicio de manera provisional, los daños materiales fueron significativos. Los techos arrancados fueron arrastrados hasta 50 metros, dejando a las familias sin recursos para reconstruir.
Entre los afectados se encuentran niños y adultos mayores que enfrentaron momentos de gran angustia. Una familia tuvo que refugiarse en la casa de parientes, mientras que un adulto mayor de 80 años escapó ileso. Los pobladores piden apoyo inmediato a la Defensa Civil de Puno y Yunguyo, ya que la municipalidad no cuenta con los medios para atender esta emergencia.
Los barrios Central y Santa Cruz fueron los más golpeados, sufriendo además daños en antenas de comunicación, lo que dificulta la conexión con otras zonas. Esta situación agrava la crisis y limita la coordinación con las autoridades.
Teófilo Mamani, vecino de Anapia, relató que la comunidad se siente desprotegida. “Durante las elecciones, las autoridades prometen mucho, pero en momentos como este, no aparecen. Necesitamos ayuda ahora”, afirmó Mamani.
Los damnificados, entre ellos niños que lloraron durante el caos, enfrentan condiciones precarias. Requieren materiales de construcción, alimentos y apoyo psicológico para superar el impacto de este desastre.
La falta de recursos y la escasa presencia de las autoridades resaltan la vulnerabilidad del distrito frente a fenómenos naturales. Los pobladores exigen una respuesta inmediata y efectiva, subrayando la importancia de cumplir las promesas realizadas en campaña electoral.