El comandante general de la Policía Nacional del Perú, Óscar Arriola, vinculó a la generación Z con extorsionadores tras hallar una bandera de los Mugiwaras (Bandera pirata One Piece) en la guarida de dos capturados. Los detenidos fueron identificados como Luis Ángel Zamora Huanca, alias Checo, y Juan Jesús Lara Quispe, alias Puesto. El jefe policial asoció el símbolo del anime One Piece con manifestantes jóvenes de recientes marchas ciudadanas.
Arriola declaró que el símbolo ha aparecido en distintas manifestaciones y amerita investigación policial. «El público ha visto estos trapos con esos colores en distintas marchas, hasta en cinco versiones. La última fue el 25 de octubre y también es motivo de investigación«, afirmó el comandante general. Sus palabras generaron controversia al criminalizar un ícono de la cultura popular ampliamente utilizado por jóvenes.
La bandera de los Mugiwaras ha sido adoptada en diversas manifestaciones a nivel mundial sin afiliación partidaria específica. Su uso responde a una relación conceptual con la búsqueda de libertad, elemento central del anime. Organizaciones criminales pueden apropiarse de símbolos de la cultura popular como parte de un proceso de construcción de identidad, según analistas profesionales consultados sobre el tema.
Experto descarta filiación entre protestas y crimen
Pavel Aguilar, profesor de sociología política en la PUCP, explicó que los símbolos populares son resignificados por distintos grupos sociales. «El hecho de que una banda delictiva recurra al mismo repertorio que la generación Z no implica una filiación. Más bien, evidencia que dicha simbología mantiene plena vigencia y que diversos grupos la están dotando de nuevos significados», declaró el académico a La República.
Arriola defendió al suboficial Luis Magallanes Gaviria, quien disparó contra el rapero Eduardo Ruiz Sanz durante la marcha del 15 de octubre. El comandante lo calificó como «un héroe viviente» durante una conferencia el 23 de octubre en Villa El Salvador. Arriola argumentó que el efectivo actuó bajo cumplimiento del deber, legítima defensa y miedo insuperable, afirmando que no existió intención criminal en el acto.
Las declaraciones contrastan con la postura inicial del jefe policial tras el homicidio del artista. El 16 de octubre, Arriola pidió disculpas públicas a los familiares y reconoció que la bala mortal provenía del arma de Magallanes. Ahora sostiene que el disparo fue dirigido al suelo y que el policía actuó en estado de shock tras ser agredido por manifestantes durante la protesta.


