En el mes de agosto, un medio de comunicación desveló documentos secretos que evidencian que los militares admitieron el uso de armas no letales durante los enfrentamientos a nivel nacional. Estos informes provienen de la 2da Brigada de Infantería Wari, desplegada en Ayacucho para controlar las protestas, donde se revela que, a pesar de la recomendación de utilizar armas no letales, se les proporcionaron 200 fusiles de guerra.
Las manifestaciones surgieron como respuesta al gobierno de Dina Boluarte, quien asumió la presidencia después del fallido golpe de estado del expresidente Pedro Castillo. De acuerdo con las investigaciones, Boluarte tenía pleno conocimiento de los planes operativos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú (PNP), quienes desplegaron una estrategia de comando para enfrentar la primera ola de protestas ocurridas en diciembre del año pasado contra su gestión.
Según el exministro del Interior, César Cervantes, Boluarte Zegarra y el entonces primer ministro Pedro Angulo fueron informados sobre los 22 muertos registrados en Ayacucho, Apurímac, Arequipa y Junín.
Mientras tanto, en diferentes actividades protocolares a lo largo del país, Dina Boluarte enfrentaba el rechazo de la población. Un ejemplo claro fue el 27 de agosto, cuando la mandataria llegó a la ciudad heroica de Tacna en compañía del primer ministro Alberto Otárola y fue recibida con una manifestación que culminó en enfrentamientos entre ciudadanos que expresaban su rechazo a la presencia de Boluarte y la Policía Nacional del Perú.


