Una cámara de seguridad privada registró el momento exacto cuando un joven manipuló aparentemente una imagen para engañar a una comerciante de pollos en el mercado Unión y Dignidad de la ciudad de Puno. Marina Pacco descubrió la estafa diez minutos después de entregar tres pollos valorados en 69 soles, cuando verificó que la supuesta transferencia por yape nunca se realizó efectivamente.
La comerciante dedicada a la venta de pollos en el mercado Unión y Dignidad, denunció una nueva modalidad de estafa que la afectó durante la noche del martes pasado. La vendedora entregó tres pollos a un cliente que prometió realizar el pago mediante transferencia por aplicativo Yape, pero la transacción resultó ser completamente fraudulenta.
El cliente mostró una supuesta confirmación de pago del yape correspondiente al valor de los tres pollos adquiridos. La comerciante confió en la imagen presentada por el joven comprador, quien aparentemente había manipulado la pantalla de su dispositivo móvil para simular que la transferencia había sido procesada exitosamente.
Pacco verificó su aplicativo móvil aproximadamente diez minutos después de concretar la venta, momento en que descubrió que ninguna transferencia había ingresado a su cuenta personal. La comerciante confirmó que el joven estafador le había mostrado una imagen falsa para obtener los productos sin realizar el pago correspondiente por los pollos.
La grabación de seguridad del puesto captó completamente el desarrollo de la estafa perpetrada contra la vendedora de pollos del mercado. Marina aseguró que esta evidencia visual demuestra cómo operan los delincuentes que utilizan aplicativos de pago para engañar a comerciantes que confían en las nuevas tecnologías de transferencia monetaria digital.
Marina expresó su temor no solo por su situación personal, sino por las demás comerciantes que podrían enfrentar la misma modalidad delictiva en el futuro cercano. La vendedora advirtió que otros comerciantes del mercado Unión y Dignidad podrían convertirse en víctimas de estafadores que explotan la confianza en los sistemas de pago electrónico como el yape y otros.
Los comerciantes del mercado instalaron sus propias cámaras de seguridad debido a la escasa supervisión policial municipal en la zona comercial. Esta medida de autoprotección permitió que el caso de Marina quedara registrado visualmente, proporcionando evidencia concreta del modus operandi utilizado por los estafadores que operan especialmente durante la noche.
La poca supervisión de la policía municipal obliga a los vendedores a invertir en sistemas de seguridad privados para proteger sus negocios y documentar posibles delitos. Los comerciantes del mercado Unión y Dignidad han asumido la responsabilidad de vigilar sus propios puestos ante la ausencia de control oficial en esta importante zona comercial.
