jueves 31, julio 2025
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Estudiantes de la UNA Puno enfrentan cobros y largas filas nocturnas por matrícula, denuncia Yelina Quispe

La hermana de un estudiante denuncia que la universidad obliga a dormir en la calle, exige asistir a eventos y genera gastos sin justificación clara

Universidad exige pagos a estudiantes que acampan en la puerta, enfrentan cobros indebidos y condiciones ajenas a la educación pública en UNA Puno

Yelina Quispe, hermana de un alumno de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, relata entre indignación y cansancio que los estudiantes pasaron la noche a la intemperie para matricularse, soportando cobros obligatorios y exigencias nunca antes vistas en la institución.

Su hermano menor llegó desde temprano el día anterior, esperó en la puerta de la universidad desde las cuatro de la tarde y acampó junto a otros jóvenes, todo con tal de acceder a un cupo y asegurarse buenos profesores según lo dispuesto por la universidad, cuenta la entrevistada.

Esta modalidad, que fue impuesta el año pasado y se mantiene, resulta totalmente ajena a lo vivido históricamente en la UNA Puno, dice Quispe, quien se encarga del bienestar de su hermano menor ante la distancia de sus padres que viven en provincia.

Según la joven, la universidad exige pagos adicionales de más de cien soles, sumando a ello la obligación de participar en una “parada” universitaria para quedar aptos en la matrícula, un gasto inesperado y perjudicial para familias que apenas logran sostener los estudios de sus hijos.

Ella se pregunta si el rector ha vivido de cerca el sacrificio de dormir en la calle por trámites estudiantiles o si comprende el esfuerzo económico que implica enviar a un hijo fuera de la ciudad natal con todos los gastos que conlleva.

Yelina explica que la universidad, en vez de facilitar el acceso a la educación superior, “desangra” los bolsillos de la gente, porque estos cobros resultan imposibles de afrontar para padres que trabajan lejos y luchan por mejorar el futuro de sus hijos.

Remarca que la exigencia de asistir a la parada no aporta a la formación académica, más bien arriesga que los estudiantes se rodeen de malos hábitos y señala que hasta la carrera de Sociología ha desistido de participar en el evento obligatorio.

Para Quispe, la falta de información y comunicación del rector crea un clima de malestar, ya que los padres y alumnos carecen de explicaciones sobre la razón de estos cambios y no reciben atención prioritaria a pesar de las largas horas de espera.

Expresa temor por la salud de su hermano y de otros jóvenes que pasan la noche durmiendo a la intemperie, teme que la universidad no asuma ninguna responsabilidad si un estudiante se enferma y el gasto médico recae sobre la familia.

La entrevistada indica que siente una gran injusticia y duda de la idoneidad del rector para liderar una institución universitaria, porque no considera la realidad de muchos estudiantes de provincias.

Asegura que los padres realizan enormes sacrificios para que sus hijos tengan oportunidad educativa, dan todo de sí mismos porque confían en la universidad, no para enfrentar trabas económicas impuestas de última hora.

Esta situación golpea la estabilidad económica y emocional de numerosas familias que esperan solo condiciones justas y un trato digno para acceder a la educación universitaria pública.

Los universitarios de la UNA Puno, concluye Quispe, merecen poder inscribirse sin temor, en igualdad de condiciones, lejos de presiones injustas que debilitan los valores de la educación pública.